Una guardia ecológica

Una guardia ecológica multa a los que dañan el medio ambiente

Fecha de Publicación: 24/03/2008
Fuente: Clarín
Provincia/Región: Buenos Aires


Es la primera patrulla civil del conurbano con funciones de relevamiento y poder punitivo para los que dañan árboles o descuidan sus terrenos. Opera en los 15 km cuadrados de Parque Leloir y Villa Udaondo.
La mano del hombre permitió que hace un siglo creciera allí uno de los espacios verdes más impactantes de todo el conurbano bonaerense. Fue cuando el paisajista francés Carlos Thays forestó con unas 400 mil especies lo que hoy es Parque Leloir y Villa Udaondo. Claro que en los últimos años, la mano del hombre -esta vez asociada con la indolencia- también hizo que ese bosque perdiera buena parte de su espesura. Con el objetivo de conservar este lugar natural privilegiado es que el Municipio de Ituzaingó y grupos de vecinos preocupados por el cuidado del medio ambiente crearon una patrulla civil que se encarga de proteger los 15 kilómetros cuadrados poblados de eucaliptos, palmeras, plátanos, pinos y robles.
La idea surgió una vez que en agosto del año pasado el Concejo Deliberante declaró a esa zona como área ecológicamente protegida. Parque Leloir Asociación Civil (PLAC), una entidad que tiene casi 40 años de existencia, y la Asociación Civil Parque Sumampa, le llevaron el proyecto al Intendente Alberto Descalzo. "Que se haya votado esa nueva norma fue gratificante porque nos motivó a avanzar en el cuidado de este lugar que para nosotros es único: un rincón a todo verde que contrasta con la mayoría gris del paisaje urbano", cuenta Andrea Rodríguez, secretaria de la Asociación Parque Sumampa.
Fue así que el jefe comunal dio instrucciones a su Gabinete para crear la patrulla. "De alguna manera logramos lo que veníamos buscando: integrar a los vecinos con la Comuna para trabajar en forma conjunta las políticas públicas que necesitamos para el bienestar de todos", sostiene Descalzo.
La patrulla, que depende del área de Control Ambiental Municipal, realiza esta ronda ecológica de lunes a sábado de 8 a 17, con una guardia en días domingo y feriados. Además de hacer relevamientos forestales tiene la misión de detectar y denunciar irregularidades ambientales. Así, se le otorgó poder punitivo para multar a los que dañan árboles, tiran residuos o descuidan sus terrenos (ver Las funciones asignadas).
Sus integrantes son jóvenes estudiantes de Agronomía e Ingeniería Forestal a punto de recibirse (ver Recuadro...). Estudian en la Universidad de Morón.
Clarín se sube a la patrulla con un grupo de ellos: Diego Berón (26 años), Ariel Splenser (27) y Santiago Vernetti (26). En plena recorrida, desde la Dirección de Ecología avisan: "Vayan hasta De la Zamba y De la Vidalita. Llamaron para denunciar que un vecino está arrojando aguas servidas a la calle". Efectivamente, cuando el móvil se aproxima al lugar, en Udaondo, el propietario de la casa donde se produjo el hecho se mete rápido adentro. Le tocan el timbre tres veces y no atiende. Mientras tanto, uno de los guardias saca fotos. "Documentamos la infracción y la derivamos al Tribunal de Faltas, que decidirá qué tipo de multa se le aplica", explica. Después de esperar ocho minutos sin obtener respuesta, le dejan en la puerta una copia del acta labrada y se marchan.
Un rato después, por Parque Leloir, cinco adolescentes intentan arrancar la rama de una lambertiana. Cuando advierten la presencia de la camioneta dejan de maltratar a esta variedad de pino. No se escapan y escuchan, de mala gana, el reproche de Vernetti. Le dicen que vienen del campo de deportes de un colegio de Morón. Una rama queda un poco tumbada. La patrulla los deja ir aunque les advierte que enviarán una nota al colegio donde estudian, el Santa María.
En otros lugares, a los vecinos les llama la atención ver a estos jóvenes uniformados con remera color verde botella y pantalón al tono. Incluso les preguntan qué tarea realizan. "No sabía que vienen a cuidar los árboles y el medio ambiente. Me parece bien, porque su presencia también puede servir para espantar a alguno que venga por acá con ganas de robar", le dice Silvina Castro al cronista.
Además de la credencial que los identifica como guardias de la patrulla, estos jóvenes están provistos de una cámara de fotos y teléfono celular para contactarse rápidamente, de ser necesario, con Policía, Bomberos, Defensa Civil y distintas áreas de la Comuna cuya presencia sea necesaria por alguna irregularidad observada.
El lema del Municipio de Ituzaingó es "un lugar para vivir". Abstenerse, entonces, los que maltratan a golpes a un árbol; los que no limpian sus terrenos y permiten que las malezas se adueñen del lugar; los desaprensivos que arrojan a las calles cualquier tipo de material dañoso para la naturaleza.

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