Vicuñas se recuperan del peligro de extinción

Las vicuñas del país se recuperan de un serio peligro de extinción

Fecha de Publicación: 05/04/2008
Fuente: Clarín
Provincia/Región: Nacional


Al borde de la extinción mundial en los 60, la población de vicuñas va recuperándose en la Argentina, según revela el primer censo nacional de camélidos silvestres. Los guanacos, en cambio, empiezan a estar en riesgo en el noroeste y en Cuyo, acorralados por la actividad humana.
Presente en los Andes desde el norte de Perú hasta San Juan, la vicuña fue una presa importante para la población nativa. Hasta que llegaron los españoles: de un millón de animales en el año 1500, se pasó a 400.000 en 1950, y a 10.000 en 1967, por culpa de la caza. Hacia fines de los 60 quedaban menos de 2.000 animales entre Argentina, Bolivia y Chile, y algo más de 5.000 en Perú.
La vicuña fue cazada sólo por su extraordinaria fibra, cuyo kilo en bruto se cotiza a 900 dólares. "Ya en la cultura de Paracas, 1.300 años a.C., existen testimonios de tejidos de camélido teñido. La época de esplendor es preinca, en la cultura Wari, en el siglo X d.C.", señala la doctora Ruth Corcuera, experta en textiles. Los pueblos precolombinos atrapaban a las manadas en un corral, esquilaban a las vicuñas y las liberaban; una práctica que, en la Argentina, fue retomada en los últimos años.
La vicuña fue declarada en peligro de extinción. El Convenio para la Conservación y el Manejo de la Vicuña ayudó a su relativa recuperación: en 1984 se calculaba que había unas 55.000 en la región. Ahora, el primer censo en la Argentina mostró la existencia de 72.678 ejemplares.
El relevamiento, coordinado por la Dirección de Fauna Silvestre de la Secretaría de Ambiente de la Nación, se realizó mediante un riguroso método que involucró a integrantes de organismos oficiales, no gubernamentales y universidades-, quienes recorrieron 10.500 kilómetros.
No se registró a los guanacos de la Patagonia: unos 450.000, según un censo anterior; una situación muy distinta de la observada ahora al norte del río Colorado, donde quedan sólo 30.595 ejemplares. Hubo varios millones, en todo el país. "Desaparecieron de la zona más productiva y habitada porque fueron desplazados, o cazados, o murieron de enfermedades contagiadas por el ganado", cuenta el director de Fauna, Daniel Ramadori.
En el noroeste "está relegado a alguna quebrada de altura, a zonas alejadas de los caminos y los centros poblados -señala Román Baigún, coordinador general técnico del censo-. Cuando el área que pueden utilizar es muy chica, si hay nevadas fuertes quizá no tengan una zona buena para refugiarse, y además son más vulnerables a las pestes".
El relevamiento confirmó que la creación de áreas protegidas ha servido para aumentar la población de vicuñas. "Para el guanaco, hay que evaluar la posibilidad de crear zonas especiales para su conservación -propone Baigún-. No se trata de expulsar a la gente, sino de que empiece a ver a los camélidos silvestres como una potencial ayuda para sus actividades económicas. Lo pienso para el país, de acá a 50 años: si se recuperan las vicuñas, los lugareños tendrán un recurso más".

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