Los perros que mueren enjaulados

Los perros abandonados en el Antirrábico mueren enjaulados

Fecha de Publicación: 20/05/2008
Fuente: La Voz del Interior
Provincia/Región: Córdoba


Los perros llegan al Instituto Antirrábico de Córdoba, pero no siempre se van. Por lo general, son pocos los dueños de los animales que los retiran después de que han sido sometidos a los análisis de diagnóstico de rabia. Muchos mueren en sus jaulas.
Más de la mitad de los 20 perros alojados en la institución no deberían permanecer allí. Once tendrían que haber sido retirados desde hace días o meses. El abandono y las condiciones en las que se encuentran los matan. Este año murieron cinco: tres la semana pasada: un pitbull, un shar pei y un dálmata. Ninguno de rabia. Dos de ellos estaban “judicializados”, es decir, derivados por la Justicia por atacar a alguna persona. Y tenían vencido el período de observación, de 10 días, en el que se realiza el diagnóstico de la rabia.
Otros tres “judicializados” ya deberían haber sido retirados. Uno hace más de dos meses.
Este año, 70 perros ya pasaron por el Antirrábico. Llegan de la mano de la Policía, de la Justicia o de los dueños denunciados por personas que han sido atacadas por sus animales.
El abandono de los perros genera inconvenientes para la institución, cuya función no es alojar a los animales. El predio tiene sólo 22 jaulas de un metro por un metro para esta función.
“Generalmente la Justicia les exige a los propietarios que los vengan a buscar”, dice José, encargado del cuidado de los animales desde hace más de 20 años.
Pero numerosos factores suelen retrasar el proceso. “A veces los dueños de los perros tienen que hacer modificaciones en sus viviendas y los fiscales deben realizar inspecciones oculares, lo que demora aun más el retiro de los animales”, explica.

En malas condiciones
“Las condiciones edilicias del Antirrábico son deplorables”, asegura la proteccionista Silvia Sastre. En efecto, la zona de jaulas despide un fuerte olor a orina y los ladridos son ensordecedores. Algunos tiemblan o permanecen quietos y en silencio.
En la parte posterior de las jaulas, un respiradero de unos cinco centímetros de diámetro es la única ventilación. Todas la mañanas, los cuidadores limpian los cubículos con agua fría con los animales adentro de su jaula. En el fondo, una pequeña estufa intenta calefaccionar el lugar sin mucho éxito.
La mayoría de los perros mestizos o de raza –pastor alemán, rottweiler o dogo– sufren encierro, falta de luz solar, problemas dermatológicos y hongos. Estas condiciones los alteran e incluso los enferman.
En algún momento, explicaron los empleados, los perros eran enviados a la Protectora Sarmiento donde permanecían hasta su adopción. Hoy, quedan en el Antirrábico hasta que son retirados por sus dueños o hasta la muerte.

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