Contaminación del arroyo del Gato

Reclaman acciones para frenar la contaminación del arroyo del Gato

Fecha de Publicación: 22/06/2008
Fuente: Diario Hoy
Provincia/Región: Buenos Aires


El Grupo ecología del Club Regatas La Plata demanda la instalación de una barrera flotante para evitar que los residuos sólidos pasen al Río Santiago. Son los mismos ambientalistas que realizaron una presentación ante la fiscalía de delitos complejos. Practican actividades náuticas
“El arroyo del Gato es el Riachuelo de nuestra región”. Abogado y miembro del Grupo ecología del Club Regatas La Plata, Fernando Monticelli argumenta esta frase en dos circunstancias puntuales: el aporte de ese curso a la contaminación de otras aguas, y la histórica ausencia de un saneamiento efectivo.
Constituido hace alrededor de seis años por el propio Monticelli y otros profesionales ligados a dicha institución -Juan Fragela (médico), Aníbal Zaidenberg (químico) y Marcelo Manassero (geólogo)- el grupo nació para ponerle un freno a la progresiva degradación del Río Santiago.
Para quienes no conocen la zona alcanzará con decir que el arroyo del Gato desemboca en ese río con toda su carga de residuos sólidos y partículas contaminantes.
Lo que propusieron estos amigos del kayak y otras actividades náuticas fue la colocación de una barrera flotante, que retuviera los residuos sólidos en proximidades de la desembocadura.
El proyecto se apoyó en la necesidad de paliar el avance de la contaminación, impidiendo el paso de las bolsas de residuos, las botellas de plástico, los animales muertos y las cubiertas de autos, que arrastra aquel canal.
Esos mismos residuos son los que después de las crecidas “quedan depositados en las márgenes costeras de la isla Santiago, del propio club y de las zonas aledañas”.
Monticelli contó que esa barrera se colocó hacia fines del año último, pero como el municipio de Ensenada no recogió los residuos que permanecieron acumulados en ella, la zona se impregnó de mal olor y los vecinos de Villa Rubén Sito terminaron cortándola.
Las consecuencias se caen de maduras: los deshechos siguieron pasando hacia el canal de navegación deportiva y de ahí al Río de la Plata, con el agravante de que la toma de agua de Punta Lara se encuentra a no más de 1.000 metros.
Al margen de los líquidos industriales, cloacales, residuos domiciliarios y otras fuentes de contaminación que castigan al arroyo del Gato, “la reinstalación de esa barrera contribuiría a la recuperación de la calidad del agua, porque esta pasa pero la basura no”, explicó.
Monticelli subrayó que dicho filtro no constituye una solución de fondo, pero sí un paliativo viable.
El abogado contó que hace un tiempo realizaron una presentación ante la fiscalía de Delitos Complejos del Departamento Judicial La Plata para que se investigue la presunta comisión de delitos ecológicos y el peligro para la salud de la población.
Destacó que en septiembre último se presentó en esa causa una ONG de Ringuelet cuyo objetivo es “proteger a la comunidad contra la contaminación del arroyo y los problemas de salud que este genera”.
Subrayó que se acompañaron informes médicos sobre afecciones de la piel, problemas respiratorios y patologías trasmitidas por ratas y otras alimañas que se nutren de la basura.
Lo que buscan es que los vecinos accedan a una mejor calidad de vida, y la recuperación de la higiene del río en el que realizan sus actividades los socios del Club Regatas.

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