“Nuestro país no ha tenido políticas ambientales”

“Nuestro país no ha tenido políticas ambientales”

Fecha de Publicación: 07/09/2008
Fuente: Diario Hoy
Provincia/Región: Nacional



Entrevista a Jorge Rabinovich, doctor en ecologia

Especialista en temas de medio ambiente dice que, ante la falta de una visión a mediano y largo plazo, no se puede resolver de manera inmediata la crisis energética que afecta a la Argentina. También advierte que la pérdida de ambientes naturales es un aspecto que está muy descuidado
“La famosa crisis energética de que no alcanza el gas, la electricidad, o el combustible, es porque no se han hecho inversiones”, dice el ecólogo Jorge Rabinovich, mate en mano, en su casa de City Bell.
El especialista tiene su lugar de trabajo en el Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (Cepave), que depende de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y del Conicet. Sin embargo, recibió a Hoy en su vivienda, donde se destacan diferentes especies de plantas y flores.
Para el prestigioso científico, cuando las inversiones se llevan a cabo se hacen, en realidad, de apuro porque no existe una política a mediano y largo plazo que se encargue del problema ambiental.
Rabinovich es egresado en Biología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, y doctorado en Ecología de la Cornell University, de Estados Unidos. Experto en estudios de impacto ambiental, afirma que el conflicto de las papeleras en Fray Bentos sirvió para que en la Argentina “nos preguntáramos cómo estamos en casa” y que, de esa manera, se detectara que muchas empresas no cumplen con las normas ambientales.
-¿Cómo es la política de preservación ecológica en la Argentina?
-Es heterogénea. Hay preocupación por muchos problemas, pero poca capacidad para encararlos y resolverlos.
-¿Cuáles son esos problemas?
-Uno es la pérdida de ambientes naturales debido al avance de la frontera agropecuaria. Es decir, todas las zonas naturales que se destruyen para el uso de la tierra con otros fines: desde cultivos hasta ganadería, industria, urbanización o carreteras.
Es un aspecto que está muy descuidado. Se está perdiendo mucho de la biodiversidad y ecosistemas que tienen servicios importantes para la sociedad. No se ha hecho una valoración de esos servicios y ni siquiera se sabe lo que estamos perdiendo. Algunas cosas puntuales se han realizado, pero no se encaran acciones de fondo.
-¿Un ejemplo concreto?
-La ley de Protección de Bosques Nativos. Las provincias tendrían que haber llevado a cabo un proceso de inventario. Está por cumplirse un año de su promulgación y no ha habido, prácticamente, ningún avance importante, para que se proceda a una autorización programada de los desmontes.
Son iniciativas que tienen buena intención, pero la capacidad de llevar adelante las medidas necesarias se encuentran con una cantidad de intereses creados y dificultades por negociaciones políticas. Después, las cosas no se hacen o se hacen mal.
-¿Cómo ve la situación ambiental de La Plata y sus alrededores?
-Hay problemas sin resolver. Por ejemplo, las petroquímicas son de difícil solución. Se emplean métodos antiguos de producción que son bastante contaminantes. La tecnología para reducir la contaminación se conoce y es cada vez mejor. Lo que pasa es que cuesta caro. No es un problema tecnológico sino económico y logístico. El desafío es cómo hacer las reconversiones de las petroquímicas para resolver esos problemas. Lamentablemente, nuestro país no ha tenido políticas estables a mediano y largo plazo. Tampoco políticas ambientales que hayan sido coherentes con las energéticas. Y estamos padeciendo las consecuencias.
La famosa crisis energética de que no alcanza el gas, la electricidad, o los combustibles es porque no se han hecho inversiones. Y cuando se llevan a cabo es de apuro porque, justamente, al faltar una política, una visión a mediano y largo plazo, no se pueden resolver las crisis energéticas con un respeto ambiental como uno desearía.
Sin ir más lejos, ahora se está tratando de sacar de apuro una nueva petroquímica a base de carbón en Río Turbio, una forma de producción que es altamente contaminante. Existen tecnologías modernas para reducir esa contaminación, pero no es la que se va a utilizar ahí porque es más cara, es más compleja tecnológicamente y, además, porque hay apuro por hacer las cosas rápido.
Parece insólito que, estando ya aceptado mundialmente el concepto del cuidado ambiental, se estén instalando petroquímicas a base de carbón y con tecnologías que no son de las más recientes.
-¿Qué piensa sobre la instalación de la papelera de Botnia en Fray Bentos?
-El tema es interesante porque, debido a que Uruguay violó unos aspectos del tratado del río Uruguay en sus procedimientos, surgió el conflicto con Botnia que despertó en la Argentina una llamada de atención sobre el problema de las papeleras. Mal llamadas así porque, en realidad, son plantas de celulosa para papel o fábricas de papel.
Nos sirvió para analizar cómo estaba la industria relacionada al papel en nuestro país, porque nosotros también tenemos muchas empresas que trabajan en la producción de pulpa o en la fabricación de papel. Representó una oportunidad de hacer bien los deberes porque hizo que nos preguntáramos cómo estamos en casa. Ahí se detectó que hay muchas que no están cumpliendo con las normas en cuanto a lo ambiental y otras lo están haciendo relativamente bien sin ser perfectas..
-¿En qué condiciones funcionan esas fábricas?
-En general, muchas son plantas que han venido actualizando sus procesos industriales y mejorando su impacto sobre el ambiente. Hay otras que no, y siguen siendo altamente contaminantes. A partir del conflicto en Fray Bentos, la secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable hizo un análisis a fondo y completo de todas las papeleras que están en la Argentina y se inició un plan de reconversión industrial.
-¿Qué expectativas tiene sobre ese plan?
-Es complejo, lento, pero va bien encaminado. Se están empezando negociaciones con las diferentes industrias papeleras para ver cómo pueden cumplir con los requisitos de calidad ambiental.
En algunos casos es más fácil y en otros más complicado. Lo más sencillo es llevar a cabo auditorías para que se mejoren diferentes aspectos que implican impactos ambientales. Lo más complicado son las plantas que tienen equipamiento más antiguo y que requieren de una reconversión industrial de fondo.
Por eso se están analizando políticas económicas de préstamos blandos que permitan a esas empresas reconverstirse y cumplir poco a poco con las normas ambientales argentinas. Es algo complejo porque no son cambios económicos baratos ni sencillos desde el punto de vista industrial. Requieren de tiempos importantes para hacer los cambios sin tener que parar la producción de esas empresas.

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