Sobre los incendios de las sierras de Córdoba

Especial sobre los incendios de las sierras de Córdoba

Fecha de Publicación: 03/09/2008
Fuente: La Voz del Interior y La Mañana de Córdoba
Provincia/Región: Córdoba



Imparable, el fuego va hacia Punilla
Con las esperanzas puestas en la lluvia que caería recién entre mañana y el viernes, cientos de bomberos, baqueanos y vecinos de distintos puntos de las serranías cordobesas continúan con el combate contra el fuego. De los incendios desatados en los últimos días, hay uno que se mantiene activo, con paso arrasador y prácticamente imparable: se trata del foco que afecta a la zona de Ascochinga (Sierras Chicas) y que, desde ayer a causa del fuerte viento sur, avanza al oeste hacia varios puntos del valle de Punilla como La Falda, Los Cocos y, en especial, La Cumbre.
Diego Concha, subjefe del Plan Provincial de Manejo del Fuego, puntualizó anoche que bomberos voluntarios de varios cuarteles trabajan en las sierras altas próximas a La Cumbre para evitar que el fuego llegue de lleno a la zona. De ocurrir, existen los peores de los pronósticos, dado lo escarpado del terreno y lo complicado que será el trabajo para los bomberos.
Anoche, las llamas se acercaban a Cruz Grande y Cruz Chica, parajes próximos a La Cumbre.
El intendente de La Cumbre, Carlos Engel, informó a este diario que junto con la fiscal de Cosquín, Alejandra Hillman, y con Concha se armó un comité de emergencia.
Las llamas amenazaban una reserva de monos carayá. Engel dijo que el panorama es crítico y se evaluaban evacuaciones de pobladores. “Si avanza, no lo para nadie”, enfatizó. Concha, por su parte, dijo que bomberos de varios cuarteles trabajan para evitar que el fuego avance.
También en La Falda trabajaban bomberos, tratando de contener las llamas en el paraje Estancia El Silencio.
Vale recordar que este devastador incendio (que tiene más de 25 kilómetros de frente) es intencional, según señaló el ministro de Gobierno, Carlos Caserio, en rueda de prensa. El funcionario político insistió en que la provincia se encuentra en “estado de alerta roja”.
La Policía y la Justicia tratan de determinar si este foco es derivación de un incendio ocurrido días atrás en San Peregrino, por el cual fue imputada una mujer oriunda de Buenos Aires.
Prioridades. Los bomberos tienen una prioridad: salvar vidas. De allí, las evacuaciones de personas, a pesar de que muchas de éstas se resistan. Luego, se protegen las viviendas y en último lugar se trabaja en el combate del fuego a monte abierto. En varios casos, se está dejando que las llamas terminen de consumir los pastizales y se apaguen solas.
A pesar del descenso en la temperatura en las últimas horas, las principales complicaciones en la lucha contra el fuego siguen siendo la sequía, la falta de lluvias importantes y los intensos vientos. Ayer, fuertes ráfagas procedentes del sector sur provocaron que las llamas se tornaran imparables en la zona de Ascochinga.
Como si fuera poco, a esto se agrega la desaprensiva acción de algunas personas que siguen iniciando fuegos y el cansancio de los bomberos que llevan días de intensa labor, sin descansar.
Las autoridades enfatizan que afortunadamente hasta ahora no hubo heridos, “ni daños de gravedad”. Aunque algunas viviendas sufrieron perjuicios “menores”. A esto hay que agregar la muerte de animales y la quema de la flora.
Más focos. Ayer se combatieron varios frentes de fuego, tal el caso de lo ocurrido en la madrugada y en la mañana en Candonga, en las Sierras Chicas.
Por otro lado, intensa fue la labor de los bomberos en Villa Carlos Paz, ciudad donde desde hace varios días se vienen registrando distintos focos de fuego, todos intencionales, según afirman las autoridades.
Ayer, los bomberos voluntarios debieron combatir dos importantes incendios. Uno se desarrolló en el sector conocido como Estancia Vieja y, el otro, en el basural de Carlos Paz, que se ubica en el ingreso, cerca del acceso a la variante Costa Azul.
Para el trabajo de los bomberos fue vital el apoyo desde el aire de los aviones hidrantes del Plan Provincial de Manejo del Fuego.
En Estancia Vieja, las llamas arrasaron varias hectáreas de pastizales y arbustos. Al caer la tarde, el fuego había sido “controlado” y los bomberos hacían la guardia de cenizas para evitar reinicios.
Por otro lado, se combatieron frentes de fuego en zonas más distantes como en Villa Gutiérrez y en Simbolar (al norte de Jesús María), como así también en Las Varillas (este de la provincia), donde ardieron pastizales y campos. Otros incendios se combatían en Isla Verde, sudeste provincial, y cerca de Obispo Trejo (ruta 17).

Gendarmes se suman a la lucha
Jesús María. Gendarmería Nacional, a través del Móvil 3 con asiento en Colonia Caroya, se sumó desde ayer a la lucha contra el fuego con 110 efectivos, cinco camiones, dos camiones cisterna, una ambulancia con médico y enfermeras, varios vehículos tipo Land Rover con capacidad de maniobra en zona de sierra, y un comando móvil asentado frente al cuartel de bomberos de La Granja.
Los hombres de verde colaboraron principalmente en la sofocación de los incendios en los parajes Corral Quemado, El Tala, Selva Negra, El Colorado, y Quinto Baño, bajo la coordinación de bomberos voluntarios que iban siguiendo el fuego hacia el sudoeste y llegando la corazón de las Sierras Chicas.
Cuando a la madrugada cambió la dirección del viento, que rotó de norte a sur y fue muy fuerte durante toda la mañana, el fuego volvió a escalar montañas hacia el noroeste, en inmediaciones de lo que se conoce como Tres Cascadas, a siete kilómetros de Ascochinga. Hubo lugares a los que retornó el fuego pero ya ningún daño pudo hacer porque lo había quemado todo el día anterior.
Además de Gendarmería, la Unidad Regional Departamental Colón de Policía afectó a casi el 90 por ciento de su personal a las tareas de evacuación y de vigilancia preventiva en los lugares de siniestro. Además, solicitaron refuerzos a personal de otras unidades regionales con lo que se contabilizaron más de 100 efectivos en el operativo.
Por otro lado, vale citar que personal de la Cruz Roja Argentina también colabora en las tareas de evacuación y asistencia a los pobladores.

Cenicientas del lampazo, pero sin ningún príncipe
No se sabe qué es peor: que los parientes se gasten llamando desde larga distancia para saber si hemos sucumbido o no al fuego, o ser mala noticia en un rango inferior al Chaitén, por ejemplo. Aunque los daños corran parejo, un volcán tiene su mística, opinan geólogos y astrólogos, y el werken mapuche advierte que la Pachamama está enojada.
En cambio, los incendios de Córdoba no tienen un ápice de poesía. Son el producto casi invariable de la estupidez, del par de tarados que queman basura, “desratizan el lote o prenden leña para hacer un asado. ¿Qué habría que hacer, para que aprendan? Cárcel no, porque no enseña. Más práctico sería ponerlos a fregar los pisos tapados de ceniza y rescoldo.
La vigilancia de esta probation sería adjudicada a gente como tía Porota, que en materia de aseo es un sargento de caballería. “¡A ver, esos rincones!… ¡Tienen que quedar como para mirarme y pasarme el delineador en los ojos!”, ordena la tía, famosa por lo poco que le duran las domésticas.
Pero estos días no le dura nada, a nadie. A este paso, tampoco nosotras vamos a sobrevivir a la lucha homérica contra las partículas voladoras.
Instrucciones. Es la hora del lampazo y el balde. Antes era viento y polvo solo. Ahora es viento, polvo y mucho más. Quién hubiera dicho que nos íbamos a sentir cual Cenicientas, aunque sin baile ni príncipe a la vista.
De lo único que se habla, es del barniz negruzco que cubre los patios y veredas, y que se cuela al interior por alguna puerta o ventana mal cerrada. El otro tema es el pronóstico de lluvia, que los meteorólogos van corriendo de semana en semana, cual promesa de casamiento.
Ayer, la despensa parecía la sede de un congreso sobre instrumentos y tácticas de limpieza. ¿Sabían ustedes que la ceniza puede ser oscura? ¿Que la tierra carbonizada es capaz de volar kilómetros y kilómetros? ¿Que el querosén es más efectivo que el gasoil, porque es menos grasoso? Sin duda, este punto suscitará controversia, ya que algunas vecinas opinan lo contrario. Prefieren rebajar el gasoil con un líquido neutro o desinfectante, para que no se arme una capa donde se pega la charamusca calcinada.
La “bruja”, como lo rebautizó algún gracioso, seguramente de seso (sin equis) masculino, demostró ser imprescindible. Pero primero hay que pasar bien la escoba, ese utensilio con el cual también suelen asociarnos.
El instructivo recomienda barrer y luego repasar, cuidando de no gastar el agua, que está en falta por donde se lo mire y para darle cátedra a las que no saben limpiar sin manguerear. Repetir este procedimiento cada media hora. Por la mañana, antes de abrir los ojos, convencerse de que agosto terminará antes de octubre o noviembre.
Por último, tratar de no degollar a niños y mascotas, encantados de revolcarse en pilas de tierra, hojas secas y rescoldo serrano. Tampoco desquitarse con el escobero, porque ha duplicado ventas e ingresos. Como dice el dicho, esto también pasará.

Caminando sobre cenizas
Desde una de las laderas quemadas y humeantes de Ascochinga hacia la localidad de La Cumbre, el panorama es desolador.
Para llegar a una de esas piedras calientes hay que recorrer a pie, desde el camino, aproximadamente por unos 100 metros de cenizas.
Allí se entremezclan restos de piquillín, de talas, de cocos, de espinillos, de arbustos, tal vez de algún animal.
El proceso de recuperación de esas biodiversidad, lleva decenas de años. La destrucción de uno de los paisajes más bonitos de Córdoba duele.
Pero el efecto más inmediato es el deterioro severo que sufrirán las cuencas que existen en la zona.
Los habitantes de las Sierras Chicas desde hace años viven en emergencia hídrica. Los incendios son una de las peores amenazas para la calidad de la escasa cantidad de agua que se extrae para el consumo de la población.
El daño aún inconmensurable, que podría ser de más de 10 mil hectáreas, es una muestra de la magnitud del daño ocasionado por los incendios.
Desde Ascochinga hasta Salsipuedes, y quizás Río Ceballos, si el fuego continúa avanzando, el agua de los ríos, las acequias, los embalses sufrirán un claro deterioro y disminución por el efecto de la colmatación.
Caminando sobre cenizas se relacionan estas preocupaciones.

Pánico en las Sierras Chicas
Uno de los incendios que más temor causó ayer fue el registrado en proximidades de la capilla histórica de Candonga, en las Sierras Chicas. El frente de fuego se había iniciado en El Pueblito (Salsipuedes), pero en la noche del lunes se activó de manera notable por la acción del viento y rápidamente se descontroló en la madrugada de ayer.
Las llamaradas afectaron monte nativo y pastizales en Candonga, La Granja y Villa Ani Mí, entre otras. Luego de atravesar varias lomas y quebradas, las llamas arrasaron la estancia Las Perdices y obligaron a un despliegue especial de los bomberos para detener las lenguas de fuego y evitar que llegaran a la capilla de Candonga (data del siglo XVIII). Paralelamente, se inició otro frente que amenazó con dirigirse a la reserva La Quebrada. Fue contenido a tiempo.
En Sierras Chicas se realizaron evacuaciones por algunas horas.
En Candonga, el dueño de un campo dijo a la prensa que denunciará al propietario de un hotel, a quien responsabiliza por el frente de fuego. Éste último negó la acusación.

----------------------------------------------------------------------------------

Alerta roja en la provincia y frente de fuego de 25 kilómetros en Ascochinga

Agotados tras días de intenso trabajo, los bomberos pedían ayer agua mineral y frutas para hidratarse. Efectivos de Gendarmería Nacional y aviones hidrantes de la Nación arribaron a Córdoba para colaborar.
Los incendios en las sierras de Córdoba persistían ayer con un frente de fuego de 25 kilómetros, agravado por el viento, que provocó evacuaciones, cancelación de vuelos y presencia de humo y cenizas en la Capital provincial, mientras el gobierno declaró “alerta roja”.
Por la tarde, “lo que era la cola del incendio se convirtió en cabeza, por la rotación del viento”, explicó el subdirector del Plan Provincial de Manejo del Fuego, Diego Concha.
“El estado del incendio es complicado ya que hay mucha pastura. Está en la zona de Ongamira, Los Terrones, el sector del dique Los Alazanes, el Uritorco y la zona de Capilla del Monte. También está bajando hacia la zona de La Cumbre”, dijo Concha. El funcionario expresó que los bomberos trabajaban en los dos frentes de fuego y precisó que se trata de 375 efectivos voluntarios, personal de Defensa Civil y de la Cruz Roja.
Además, unos 30 efectivos de Bomberos de la Policía y 60 gendarmes colaboran en lo que se conoce como “guardia de cenizas”.
En la zona se desplegaron camiones cisterna, 45 autobombas, 3 aviones hidrantes del Plan Nacional de Manejo del Fuego, otros tres aviones de la Provincia y un helicóptero militar.
El ministro de Gobierno, Carlos Caserio, afirmó que “la Provincia tiene alerta roja de incendios, lo que significa que todos los cuarteles de Bomberos están a disposición”. El funcionario solicitó colaboración a los vecinos al expresar que “si bien no se lamentaron víctimas ni bienes materiales, pedimos que cualquier persona que vea que se está prendiendo fuego dé a conocer la situación a la Policía, o llamar al 0800-888-38346”.
“Ahora tenemos un solo foco pero con 25 kilómetros de extensión. El alerta temprano ha funcionado como corresponde”, afirmó Caserio en una conferencia de prensa.
El ministro de Gobierno dijo que hay dos imputados por el foco de ayer en Villa Carlos Paz, que fue controlado por los bomberos.
“La única forma de prevenir estos incendios intencionales es cuando la población esté al lado nuestro denunciando”, sostuvo el funcionario, mientras el vicegobernador, Héctor Campana, afirmó que “el fuego está incontrolable”.
Campana sostuvo que “apenas lo estamos conteniendo, esperamos que llueva para eliminarlo completamente. Pero tenemos la tranquilidad de que no hay personas heridas”.

No hubo casas dañadas
El subdirector del Plan Provincial de Manejo del Fuego, Diego Concha, aseguró que no hubo viviendas afectadas como consecuencia de los graves incendios que afectaban ayer a vastas regiones de las serranías cordobesas, donde las llamas ya han consumido miles de hectáreas.
Por la crítica situación, la Provincia dispuso «alerta roja» y el vicegobernador, Héctor Campana, al frente del Comité de Emergencias, reconocía cerca del mediodía que «el fuego está incontrolable».
Concha explicó ayer que se instaló una base de coordinación en la localidad de Ascochinga, con 375 bomberos voluntarios, el apoyo de la Cruz Roja, Bomberos de la Policía provincial y ambulancias.
También explicó que en la jornada se sumaron 70 gendarmes a la tarea para colaborar y dar descanso a los bomberos.
“El estado del incendio es complicado, ya que hay mucha pastura y lo que era cola de incendio, al rotar el viento al sur, se ha convertido en cabeza de incendio”, agregó.

Lluvia recién el jueves
Según el Servicio Meteorológico Nacional, recién el jueves llegarían lloviznas y hasta nevadas, “condiciones que serían muy favorables para colaborar en la extinción de los incendios”, se esperanzó Concha. Asimismo, recordó que se está trabajando «con un gran caudal humano, el apoyo de seis aviones hidrantes que han hecho base en La Cumbre, un helicóptero y dos aviones vigía» e insistió en que la prioridad «es la preservación de vidas, y evacuaremos a la gente cuando el fuego esté cerca de los sitios habitados».
Por el incendio, la única ruta que ayer por la tarde quedó inhabilitada al tránsito fue la Provincial A 64, entre Ascochinga y La Cumbre.
Además, en Villa Carlos Paz se reactivó un foco de incendio en el basural a cielo abierto ubicado en el sector norte de esa ciudad, lo que generó profusas nubes de humo que se propagaban por una vasta región del valle de Punilla.
El objetivo de los bomberos ayer era sofocarlo para evitar que se propague hacia lo alto de los montes vecinos y se extienda hacia la ladera opuesta que ampliaría el frente del fuego.
En la zona de las Sierras Chicas trabajaban unos 350 bomberos y unos 60 gendarmes de Jesús María, estos últimos para la realización de actividades secundarias, garantizando la guardia de cenizas, dijo Marcelo Colombatti, coordinador del Plan Provincial de Manejo del Fuego.
“Es el frente opuesto a Candonga, tiene la misma extensión. Tenemos viento en contra y nos está costando bastante aproximarnos al fuego, que tiene un frente de unos 25 kilómetros. No podemos trabajar”, precisó Gabriel Molina, de Bomberos de La Falda.

La Capilla de Candonga, a salvo
El panorama de los incendios forestales se complicó cuando el fuego rodeó a una hostería y a la Capilla de Candonga. El viento fuerte provocó que el fuego se extendiera y rodeara la histórica edificación, además de otros establecimientos, por lo que vecinos del lugar salieron a pedir ayuda.
Julieta Muscio, propietaria de la Hostería Las Perdices, ubicada a unos 100 metros del lugar, dijo que las llamas rodeaban el sector. Poco antes de las 10 arribaron los bomberos que iniciaron el combate de las llamas, sumándose a los pobladores de la zona que habían iniciado esas tareas previamente.
Muscio dijo que posiblemente “nos vamos a tener que ir porque el viento no para. El fuego está a 200 metros de la posada, que está detrás de la Capilla de Candonga”.
Diego Buteler, a cargo de un emprendimiento inmobiliario en los alrededores de la iglesia, sostuvo que la situación era “dura” y que los bomberos “estuvieron peleándola toda la noche”.

Más de 150 evacuados por prevención
En la localidad de El Pueblito, a unos 35 kilómetros de la ciudad de Córdoba, los bomberos debieron evacuar un establecimiento educativo y algunas viviendas, al igual que en Salsipuedes, donde se quemó una casilla de un poblador, con algunas pertenencias dentro. La medida se sumó a la efectuada el lunes por la noche, cuando 125 habitantes de La Granja y 40 de Ascochinga debieron dejar sus hogares, a los que retornaron con el correr de las horas.
Ayer por la madrugada, los fuertes vientos del sur avivaron los focos de incendio en la zona, luego de la jornada del día anterior en la que hubo unos 120 evacuados sólo en la zona de Ascochinga.
Por el foco que avanzaba por el sector conocido como La Loma de la Virgen de El Pueblito, un colegio secundario debió ser evacuado y algunas viviendas de Salsipuedes también debieron ser abandonados por los habitantes, como consecuencia del riesgo que representaba la cercanía de las llamas. En Salsipuedes, incluso, una vivienda precaria resultó afectada.
El subdirector del Plan Provincial de Manejo del Fuego, Diego Concha, señaló que el foco estaba “bastante complicado” y aseguró que era de importante “envergadura”.
Las llamas avanzaban hacia el oeste, donde se encuentran las estancias El Silencio, El Cuadrado y San Miguel. Las condiciones del clima no favorecían el combate contra el fuego, ya que las temperaturas continuaban altas y la humedad baja.
En la zona opuesta, en la ladera oeste del cordón serrano, los incendios avanzaban en dirección a La Falda y las llamas pusieron en peligro una reserva de monos carayá de La Cumbre.
“La evaluación aérea que se ha hecho está a unos cinco kilómetros del establecimiento. Conocemos la zona, es complicada para trabajar. Están trabajando los bomberos, están haciendo actividades de evaluación porque meterse en ese frente es muy peligroso”, decía ayer Marcelo Colombatti, coordinador del Plan Provincial de Manejo del Fuego.
Por otra parte, el incendio que el lunes tuvo a maltraer a Villa Carlos Paz, en la Costa Azul, volvió a reactivarse ayer.

0 comentarios:

Blog Archive

Temas

Archivo de Blogs