La partida de Picolotti

La partida de Picolotti

Fecha de Publicación: 06/12/2008
Fuente: Diario Perfil - Por Daniel A. Sabsay
Provincia/Región: Nacional


La partida de la secretaria Picolotti confirma que el ambiente brilla por su ausencia en la agenda de la administración Kirchner. Su nombramiento hace más de dos años fue una clara muestra de nuestra afirmación, ya que carecía de la más mínima experiencia en gestión gubernamental y sin la debida preparación en la materia.
La partida de la secretaria Picolotti confirma que el ambiente brilla por su ausencia en la agenda de la administración Kirchner. Su nombramiento hace más de dos años fue una clara muestra de nuestra afirmación, ya que carecía de la más mínima experiencia en gestión gubernamental y sin la debida preparación en la materia. Su desempeño se caracterizó por la improvisación, el nepotismo, la designación de amigos, el despilfarro de fondos públicos y la falta de transparencia, como dan cuenta los procesos penales que deberá afrontar. Su trayecto por el gobierno deja un saldo por demás triste. Inoperancia en el saneamiento del Riachuelo, falta de solución al conflicto con Botnia, ninguna respuesta a la reconversión de las pasteras argentinas, dos especies pesqueras colapsadas: el sábalo y la merluza, ausencia de reglamentación de la ley de bosques. Podríamos agregar su falta de dones para concertar políticas con los diferentes sectores, debido a una personalidad soberbia y autoritaria. En realidad lo que nos preocupa son los motivos que produjeron el alejamiento de la hoy ex secretaria, ello pareciera deberse no sólo a cuestiones políticas, sino fundamentalmente a su falta de apoyo público al veto presidencial a la ley de protección de los glaciares y a no habérsele permitido reglamentar la ley de protección del bosque nativo. Es decir, lo que se castiga es su deslealtad con un accionar gubernamental contrario a la protección del ambiente y por el contrario, cómplice, por un lado, con la industria minera e hidrocarburífera en la depredación de uno de los reservorios más importantes de agua dulce; por otro lado, protector de la agricultura intensiva que elimina de manera despiadada nuestros bosques.
Quienes desde hace años trabajamos para que el derecho a un ambiente sano sea una realidad, la situación no puede ser más desalentadora. Ojalá que la opinión pública tome conciencia de este estado de cosas y le exija al Gobierno un cambio de rumbo ya que de lo contrario se seguirá provocando una seria violación a uno de nuestros derechos y se comprometerá la calidad de vida de las futuras generaciones.

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