Mas terraplenes sin control

Mas terraplenes sin control, esta vez en Baradero?

Fecha de Publicación: 10/12/2008
Fuente: Proteger
Provincia/Región: Buenos Aires



Alzan terraplenes ilegales para secar los humedales en islas del municipio de Baradero, provincia de Buenos Aires. La empresa Pazzaglia Hnos. también construyó canales, y colocó bombas y compuertas para ampliar sus emprendimientos agropecuarios. El promotor del proyecto estuvo prófugo de la Justicia en abril sospechado por la quema de pastizales.
Los terraplenes cortan los flujos naturales y fragmentan el ecosistema. Las obras se multiplican sin control del Estado en islas fiscales y privadas.
Vecinos de la localidad bonaerense de Baradero denunciaron la construcción de terraplenes y otras obras destinadas a secar humedales del Delta del Paraná para que las tierras pasen a ser parte de un emprendimiento comercial agropecuario, según informó la prensa local.
Las islas afectadas por los extensos terraplenes están comprendidas entre los ríos Baradero, Paraná Guazú y Paraná de las Palmas, a la altura del kilómetro 140 de la ruta 9 que une Rosario con la capital del país.
La noticia, que tuvo inmediata repercusión en medios nacionales, puso al Delta nuevamente como centro de atención, luego de los incendios que devastaron a este ecosistema único desde abril pasado hasta hace pocos días.
“La empresa Pazzaglia Hnos. construyó terraplenes, armó canales, colocó compuertas y bombas, para ampliar el área de sus emprendimientos agropecuarios”, se indicó.
El arquitecto José María Serpi, un reconocido profesional de la zona, explicó a Prensa PROTEGER lo que sucede en pleno Delta del Paraná. “Un empresario adquirió tierras en las islas de Baradero; al día de hoy unas 12.000 hectáreas. Con una inversión muy importante está construyendo diques, terraplenes, canales, colocando compuertas y bombas de achique para secar una inmensa área de humedales y armar un emprendimiento agropecuario. En algunos sectores ya sembró y cosechó granos”.
"El uso al sólo efecto comercial, de aquellos que realizan arbitrariamente actividades en estas islas, está alterando de manera manifiesta este ecosistema imprescindible para la vida. Las consecuencias son y serán nefastas”, agregó.
Serpi también se refirió a la falta de control por parte del Estado: “las autoridades locales se limitan sólo a burocráticas denuncias a las secretarías correspondientes y éstas hacen lo mismo con respecto a este tema”.
“Hace pocos días ingresé un proyecto de ordenanza para que el Municipio de Baradero declare de interés la protección de las islas, la no habilitación de emprendimientos que afecten a las mismas, la exigencia de presentar estudios de factibilidad y de impacto ambiental previo a cualquier obra, y la declaración de áreas protegidas”, indicó Serpi.

Un intento de frenar el desastre
En el texto que acompaña a la norma propuesta Serpi destaca que “alarman los trabajos que se están realizando en cuanto a canales y terraplenes. Un terraplén es un macizo de tierra elevado para hacer una defensa, un represamiento, un “polder” para desecar un humedal, un camino sobreelevado en un área inundada u otra obra semejante”.
“Al perder tierras altas y heterogeneidad en el paisaje, disminuirá la capacidad de una gran extensión del humedal de sustentar animales terrestres y acuáticos, ya que desaparecerían los sitios de refugio, descanso y lugares de reproducción en general. Habría una disminución de la biodiversidad en una de las zonas más exuberantes del Delta del Paraná”, señala.
“En términos sociales, las familias de campesinos que habitan las islas sufrirían la anegación de las escasas tierras altas en donde tienen sus hogares y alimentan a su ganado quedando aisladas y desprotegidas”, se sostiene.
Además, Serpi hizo hincapié en la voluntad popular: “La mayoría de los ciudadanos considera que los trabajos realizados en las islas son actividades destructivas de nuestro patrimonio natural, lesionan los intereses de la comunidad presentes y futuros, y atentan contra las posibilidades de lograr un desarrollo sostenible”.
El texto recuerda que “el artículo 124 de la Constitución Nacional establece el dominio originario de las provincias sobre sus recursos naturales” y que se ha propuesto “un Plan Integral Estratégico para la Conservación y el aprovechamiento Sostenible del Delta del Paraná”.
De esa manera Serpi apuntó a “que en orden al bien común el Delta del Paraná debe constituir un claro ejemplo de intervención proactiva y orientadora del Estado, ajustada a logros de conservación y desarrollo sostenible, basada en una trama político institucional que reconozca la construcción de consensos desde la diversidad de perspectivas, ámbitos de intervención e intereses”.
El proyecto de ordenanza también indica que “se convocará a universidades nacionales, ONG y organismos específicos a colaborar con la autoridad de aplicación en la elaboración de un plan de manejo de las áreas protegidas municipales. No obstante, hasta tanto el mismo sea elaborado y queden definidas las distintas zonas se considerará a todas las islas del Partido con criterios similares a los utilizados para las reservas naturales integrales”.
Además en su artículo Nº 9 solicita “a la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires la sanción de una ley a los efectos de reconocer las áreas protegidas por el Municipio como Reserva de Usos Múltiples o Parque Provincial”.

Cuando el “dueño de la isla” se hizo humo
El diario La Nación indicó en una nota del 27 de abril de 2008 que el campo de Pazzaglia Hnos. SA es de 30 mil hectáreas, casi toda la isla. Precisamente Juan Antonio Pazzaglia fue uno de los hombres más buscados por el gobierno nacional sospechado de ser uno de los responsables de la quema de pastizales en la zona del Delta.
El ministro del Interior, Florencio Randazzo, dijo en ese momento que Pazzaglia es “propietario de un campo de más de dos mil hectáreas en la isla” y varios testigos lo señalan como “responsable del incendio en Baradero”, afirmó.
Pazzaglia es un productor cerealero y ganadero, dueño de Pazzaglia Hnos, una compañía radicada en San Antonio de Areco. Sin embargo, su actividad se desarrolla cerca de Baradero. Además de ser el dueño de 3.000 hectáreas en una zona conocida como “la isla”, ubicada en Baradero a diez kilómetros de la ruta 9, controlaría otras 6.000 hectáreas de tierras fiscales y municipales, que lo convierten en el “dueño de la isla” –según informó el diario Perfil.
En julio pasado “Crítica” reveló la construcción de una serie de terraplenes en las islas de la provincia de Entre Ríos, frente a la ciudad de Rosario. En esa zona, la ocupación del Delta para uso agropecuario se ve favorecida por la conexión vial Rosario-Victoria y los accesos que facilitan las “bajadas” a las islas de la planicie aluvial del Paraná.

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