El derroche de agua y su control

Medida, se consume la mitad

Fecha de Publicación: 04/01/2009
Fuente: La Voz del Interior
Provincia/Región: Córdoba - Nacional



Córdoba es una de las provincias más pobres del país en cuanto a disponibilidad de agua dulce. Sin embargo, en términos generales, los niveles de consumo superan con amplitud los considerados razonables.
El agua dulce es un recurso natural escaso en Córdoba. Sin embargo, en la mayoría de los conglomerados urbanos de la provincia, el nivel de consumo de ese elemento vital es muy superior al de 200 litros por persona y por día recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y mucho más al cupo de 50 litros diarios considerado indispensable por el mismo organismo.
La desmesura tiene relación directa con el concepto prácticamente de gratuidad del servicio que moldeó el hábito de consumo de los cordobeses durante tanto tiempo y que ahora resulta difícil de modificar. Por eso, el derroche es moneda corriente.
Un relevamiento en Capital y localidades del interior desnuda que si el agua es medida se consume, en la práctica, casi la mitad. Los ejemplos son elocuentes (ver infografía).
La situación se refleja con claridad en la Capital, donde cada vecino consume unos 340 litros por día, con picos de hasta 500 litros diarios en las estaciones cálidas, según datos oficiales.
Si bien el Ente Regulador de Servicios Públicos (Ersep) aprobó una tarifa de 20,85 pesos para un consumo básico mensual de 25 metros cúbicos por mes y una escala variable para calcular el costo de los excedentes –según la zona de la ciudad de Córdoba de que se trate– los valores son aplicables de manera efectiva sólo para 55.600 clientes con micromedidores instalados, sobre un total de 500 mil conexiones domiciliarias, más o menos.
¿Por qué el resto aún no tiene una unidad de medición pese a que esa condición estaba prevista en el contrato de concesión original?
La pregunta jamás ha tenido una respuesta razonable y satisfactoria. No obstante, los expertos en el tema coinciden en que la reducción del consumo que se produciría si se masificaran los medidores debería compensarse con un sustancial aumento de la tarifa por parte del poder concedente, con el inevitable costo político que eso supondría. Caso contrario, el negocio resultaría poco atractivo para las empresas capaces de gestionar el servicio y hacer las inversiones necesarias para sostenerlo en el tiempo.
La sospecha encuentra sustento en los antecedentes sobre el comportamiento del consumo de agua en poblaciones con medidores domiciliarios.
Cuando duele en el bolsillo... En Río Tercero, el consumo de una familia tipo en la actualidad es de unos 20 mil litros mensuales. Hasta 2001, la Cooperativa de Obras y Servicios de esa ciudad proveía de 32 mil litros por mes promedio a cada usuario. La disminución del 40 por ciento tiene relación directa con la instalación de medidores en toda la ciudad ese año y que implicó la reducción de la extracción de las napas subterráneas en aproximadamente dos millones de litros anuales.
El año pasado, la tarifa combinada de agua y cloacas en la cabecera de Tercero Arriba aumentó casi un ciento por ciento, correspondiendo un 70 por ciento del costo al primero de los servicios. Así, los usuarios que consumen hasta 15 mil litros por mes pagan entre 24 y 32 pesos, según el barrio tenga calles de tierra o asfaltadas. Cada metro cúbico excedente tiene un costo de 1,10 pesos, con impuestos incluidos.
En Berrotarán, la cooperativa instaló medidores domiciliarios en el segundo semestre del año pasado con el principal propósito de combatir el derroche. Y lo logró, según información de la concesionaria del servicio municipal. La entidad indicó que en la actualidad ocho de cada 10 familias consumen hasta 15 metros cúbicos por mes cada una; un volumen razonable.
Vale señalar que esta localidad de unos siete mil habitantes –ubicada a 133 kilómetros al sudeste de la Capital provincial– como otras del departamento Río Cuarto y la franja sur de la provincia, tiene problemas para proveerse de agua apta para el consumo humano, debido a que las napas subterráneas de donde se la extrae tienen arsénico.
En San Francisco, en tanto, el consumo mensual promedio por conexión oscila entre los 17 y los 19 metros cúbicos, con picos de 20 a 25 metros cúbicos mensuales en la temporada estival. En la cabecera del departamento San Justo 20.500 domicilios tienen consumo medido y se proyecta ampliar el sistema de registro a toda la ciudad en los próximos cinco años.
Frenar el derroche. Lo que ocurre en la ciudad de Río Cuarto es diametralmente opuesto a los casos anteriores. En la Capital alternativa de la provincia cada habitante consume unos 600 litros de agua por día.
El Ente Municipal de Obras Sanitarias riocuartense tiene previsto colocar unos 20 mil medidores en el transcurso de este año para racionalizar el uso. Además, acaba de implementar controles las 24 horas para frenar el derroche.
El objetivo principal de estos operativos es detectar de dónde surgen los caudales de agua que corren como vertientes por las avenidas y calles principales de la ciudad, pese a la expresa prohibición de volcar líquidos a la vía pública ya sea por el riego de las veredas o los jardines, el lavado de autos o el desagote de piletas de natación.
Tulio Giambastiani, titular del Emos, advirtió que la utilización de mangueras para lavar autos o veredas será sancionada con multas de entre 90 y 285 pesos y pidió a los vecinos que denuncien las infracciones que detecten comunicándose a la línea gratuita 0800-444-5454.
Cabe señalar que en Río Cuarto sólo tienen medidores 10 mil consumidores grandes. Este año, se prevé instalar unos 20 mil dispositivos para registrar el consumo particular, a un costo de 300 pesos cada aparato, aproximadamente.
El nivel de consumo en Río Cuarto, lamentablemente, no es la excepción que confirma la regla en Córdoba.
En varias poblaciones del norte y el sudeste provincial se registran usos igualmente excesivos que imponen medidas urgentes para llevarlos a niveles razonables. Ese es el desafío de todos.

Señas particulares
Aridez. Tres cuartas partes de la provincia de Córdoba están ubicadas en una región semiárida, con escasez marcada de agua dulce superficial.
Sequía. El 85 por ciento de las lluvias en Córdoba se concentra entre octubre y marzo. El resto del año, los períodos secos acarrean problemas para el abastecimiento normal.
Problemón. El crecimiento poblacional descomunal que se ha registrado en las Sierras Chicas en la última década ha generado un problema de magnitud con el servicio de agua, que se agudiza en las estaciones cálidas.
Comparaciones. La provincia de Córdoba tiene una disponibilidad de agua de 561 metros cúbicos por habitante por año, prácticamente la mitad de la de La Rioja (1.044 m3) y menos de un cuarto de la de Catamarca (2.974 m3).

Córdoba no es una isla
Córdoba no está al margen de la problemática de escasez de agua dulce del planeta.
En la provincia, las cuencas hídricas muestran características regionales y climáticas particulares. El sudeste está suficientemente abastecido pero sufre serios problemas de contaminación natural con arsénico y flúor, entre otros elementos químicos. En cambio, la zona noroeste es desértica y presenta un marcado déficit de lluvias.
La disponibilidad de los recursos hídricos de Córdoba puede analizarse teniendo en cuenta dos grandes grupos:
El agua superficial. Cuya posibilidad de extracción ronda los 100 metros cúbicos por segundo. Comparados con el total nacional, la participación de Córdoba es de 0,5 por ciento aproximadamente, lo que la convierte en una de las regiones más pobres del país en lo que a recursos hídricos se refiere. Asimismo, son demasiados los ríos y arroyos degradados como consecuencia de la contaminación, los incendios en las cuencas altas y la existencia de basurales a cielo abierto en las zonas serranas.
El agua subterránea. Es capaz de proporcionar una dotación de entre ocho y 10 metros cúbicos por segundo. Estas escasas disponibilidades se ven agravadas por la contaminación por desagües cloacales e industriales que, en forma descontrolada, se vuelcan a cauces superficiales y napas subterráneas, principalmente en los centros de alta densidad poblacional.
Esfuerzo común. La diversidad de fuentes de agua y de técnicas de captación y tratamiento en las distintas regiones de la provincia llevó a la Federación de Cooperativas Eléctricas y de Obras y Servicios Públicos de la Provincia de Córdoba (Fecescor) a impulsar una iniciativa para fijar criterios comunes con municipios, cooperativas independientes y particulares.

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