La crisis pone en jaque a los biocombustibles

La crisis pone en jaque a las empresas de biocombustibles

Fecha de Publicación: 31/03/2009
Fuente: Cronista Comercial
Provincia/Región: Nacional



Consumo local inexistente y mercados internacionales cerrados por la crisis y la caída de los precios del petróleo y sus derivados, y expectativas de que el futuro inmediato no será mejor pusieron en jaque a una actividad que venía creciendo a tasas chinas y con empresas en fuerte proceso de expansión.
El nuevo escenario de incertidumbre obligó a freezar todos los proyectos en una industria que hasta el año pasado gozaba de expectativas inmejorables y en la cual desembarcaron multinacionales como Bunge, Louis Dreyfus, Glencore o empresas locales como AGD, el grupo Eurnekian, Molinos y Vicentín.
Entre 2006 y 2008 fueron inauguradas en el país 15 plantas, que demandaron inversiones por u$s 300 millones y generaron una capacidad de producción de 1,5 millones de toneladas anuales.
Para este año se contemplaban nuevos desembolsos para agregar 2 millones de toneladas e inaugurar, por lo menos, otras 10 fábricas. El objetivo era llegar al 2010 con 25 plantas, 3,5 millones de toneladas de producción anuales e inversiones por u$s 700 millones para convertir a la Argentina en uno de los principales productores de biocombustibles del mundo.
La fecha establecida no es casual. Por la ley 26.093, a partir de 2010 el diesel y la nafta que se venda en el país deberán cortar con un 5% de biodiesel y bioetanol, respectivamente. Y es por eso que las empresas estaban preparando el terreno para poder también participar del mercado interno.
Sin embargo, la falta de reglamentación de esta ley crea incertidumbre, ya que todavía no está claro quiénes podrán producir para el mercado interno y cuáles deberán sólo exportar.
A esto se suman las consecuencias de la crisis sobre el precio de los commodities, los subsidios que aplica Estados Unidos a su producción y las medidas tomadas por la Unión Europea para impedir la importación de biodiésel.
Este escenario creó un cóctel explosivo para un sector que exporta más del 95% de su producción, según explicaron en la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio).
El sector, como todo el campo, también sufre el problema de las retenciones: debe pagar derechos de exportación del 20%, tras haber sido aumentados desde el 5% a mediados de 2008. “Estamos con un bajo nivel de exportaciones, con dudas sobre cómo se llegará al 2010 y con muchas plantas trabajando al 30% de su capacidad, todo lo cual nos muestra que tendremos un año complicado”, admitió Fernando Peláez, presidente de Carbio y CEO de Unitec Bío, del grupo Eurnekian.
Del mismo modo, Guillermo García, ejecutivo de Bunge Argentina, consideró como sombrío el panorama, y estimó que la producción actual se encuentra un 50% por debajo de la del año pasado y que el precio del biodiésel argentino cayó de manera preocupante. “La situación se perfila complicada, aunque vamos a seguir apostando a esta industria”, agregó.
Como estrategias de recuperación se intentan atacar dos frentes: el mercado europeo y el consumo interno. En el primer caso, una delegación de la cámara viajó a Europa para intentar eliminar las medidas paraarancelarias a las importaciones de biocombustibles. Y en cuanto al mercado local se busca un acuerdo con el Gobierno para adelantar la fecha de incorporación de biodiésel a los combustibles. “Sería una manera de reactivar una industria hoy parada y con capacidad ociosa”, aseguró García. El problema es que la ley de biocombustibles impide a las empresa enroladas en Carbio producir para el mercado interno ya que fueron creadas para exportar.

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