“En Argentina aún no existe una política ambiental”

“En Argentina falta decisión; aún no existe una política ambiental”

Fecha de Publicación: 23/04/2009
Fuente: La Mañana de Córdoba
Provincia/Región: Nacional



Así lo aseguró Osvaldo Canziani, Nobel de la Paz en 2007, al referirse al cambio climático.
En su paso por Córdoba, el copresidente del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC), premiado con el Nobel de la Paz 2007, dialogó con LA MAÑANA sobre el impacto y abordaje del fenómeno climático, su relación con el dengue y la responsabilidad del Estado.

- Muchas veces el cambio climático está abordado desde un punto de vista apocalíptico, ¿cuál es el verdadero mensaje que nos tiene que quedar de este fenómeno?
- Las ciencias no son perfectas, a pesar de la falta de certidumbre total, cada conclusión está marcada por una necesaria adaptación a las condiciones locales. Esto es particularmente importante en Latinoamérica donde la falta de suficiente información básica y las características geográficas, hacen difícil el desarrollo de proyecciones a futuro. Yo uso para proyectar un modelo con perspectivas, porque cuando uno usa la ecuación matemática para hacer proyección de las variables meteorológicas y ver su incidencia, también debe sumarle las variables sociales y económicas. Entonces se debe analizar cada cosa como una matriz total.
El que cree que la ciencia llegó al límite de la predicción está equivocado. No es apocalíptico, por eso siempre digo que no hay que matar al mensajero, el tema está en que los problemas existen, la situación es con qué información contamos. Nosotros decimos lo que va a pasar ofreciendo algunas soluciones. El aviso de alerta toca a todos los países, el principio es la responsabilidad común pero diferenciada. No nos vayamos a los extremos, empecemos a elegir un sistema de solidaridad original que es la única manera de llegar al futuro, y así lo del Apocalipsis no aparecería. Lo que interesa es superar las malas prácticas mirando hacia adelante. Cada habitante del planeta Tierra debe convencerse de que los medios naturales que aseguran la vida no son infinitos, y que debe cumplir con una especie de autorregulación. Se debe acudir a las metodologías de ahorro, uso racional del agua y de la energía. Hay que educar a la gente, sobre todo a los niños para que sean agentes promotores.

- ¿Se puede afirmar que el dengue es producto del cambio climático?
- El dengue es un virus, pero el vector es un mosquito, el aedes aegypti. El problema es que el cambio climático amplió el horizonte, el área de incidencia. El cambio climático hace que los trópicos vengan a zonas templadas y se expanden las fronteras de los vectores. Hay dengue en Colombia, a dos mil metros como hay malaria en Siberia, como hay Chagas en la Patagonia.
Yo tengo mapas que muestran cómo estaba América del Sur en el ’30 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) empezó a trabajar, cómo estuvo en el ’70; los límites de distintas especies de mosquitos han aumentado enormemente. El problema que estamos tratando es ver de qué manera se definen los entornos ambientales para una enfermedad como el dengue, que es una enfermedad mundial. Se estima que en el año 2085 el dengue tocaría al 70 por ciento de la población mundial, se trata de una estadística irreversible. El dengue viene de Asia, se llama la enfermedad rompehuesos y se transmite con cuatro especies o cerotipos. Y las infecciones cuando llegan a su estadio crítico son mortales. La clave es la prevención. Nosotros con la gente de la UNC, al hacer el informe para América latina del cambio climático e impactos regionales, conformamos en el año ’97 el listado de enfermedades que se nos venían encima: no solamente el dengue, también aparecía la reactivación del cólera, la emaniasis, entre otras.

- ¿A su criterio, el gobierno nacional considera la cuestión ambiental como una política de Estado?
- Lo hablé con (Romina) Picolotti y con (Homero) Bibiloni, y no les gustó, pero les dije no hay política ambiental en Argentina. Y no lo hay por una razón muy simple: no tenemos mediciones. Entonces no podemos saber mañana dónde está la geografía de ese problema, no tenemos registros que enlacen el factor climático con la enfermedad. No hay Apocalipsis, hay falta de decisiones y Argentina aún no tiene política ambiental.
Los efectos del cambio climático exigirán claras posturas racionales y éticas para ser controlados. La existencia de una autoridad de control en este país debería estimular políticas de producción sustentables, compatibles con lo ambiental, social y económico. Por eso nosotros desde el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) no pretendemos dar instrucciones políticas, damos sugerencias. Las bibliotecas están llenas de papeles, el tema es que hay que aplicarlas. Hay que gente que tiene interés, no los eliminemos, los acunemos. Hay mucha gente para formar. Hay que educar a los chicos, pero hacerlo desde un concepto de economía y no de despilfarro. Actualmente se da en la gente lo que se llama la “afluenza”, esto es el uso sin control del dinero en una economía destructiva, esto produce la enfermedad de la gente que no puede comprar. Así, no existen valores, es un descontrol, las personas no se valen por el contenido sino por el bolsillo.

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