Garré le declaró la guerra al yuyo

Garré le declaró la guerra al yuyo

Fecha de Publicación: 21/04/2009
Fuente: Diario Crítica
Provincia/Región: Nacional



La medida alcanza a las tierras de Campo de Mayo donde la actividad le dejaba al Ejército unos dos millones de pesos anuales. Argumentan que el cultivo tiene efectos que “no son neutros”.
El Ministerio de Defensa resolvió poner fin al cultivo de soja transgénica en predios urbanos y suburbanos de las tres Fuerzas Armadas. La resolución, firmada por Nilda Garré, argumenta que los efectos de ese cultivo en el medio ambiente y la salud “no son neutros”. La siembra de soja en terrenos que corresponden a las Fuerzas Armadas había sido difundida como un símbolo del doble discurso del gobierno nacional. Crítica de la Argentina, de hecho, informó el 22 de febrero de este año que el Ejército produce soja en el predio de Campo de Mayo con una facturación estimada por año de alrededor de dos millones de pesos.
En la nota que publicó este diario se advertía además que las condiciones en las cuales se arriendan las tierras carecen de controles y que las licitaciones para cultivar las hectáreas forman parte del financiamiento “extra presupuestario” de la fuerza.
También se informaba que los funcionarios del Ministerio reconocían que les resultaba una tarea poco menos que imposible controlar lo que hacía el Ejército con todas sus tierras.
“La razón principal de esta medida es que la soja transgénica necesita de muchos agrotóxicos”, expresó una fuente del Ministerio de Defensa a este diario.
El negocio sojero del Ejército ya había sido objeto de un cuestionamiento de la Cámara de Diputados, cuando la diputada Norma Morandini pidió en un proyecto transparentar la actividad tras encontrar que la documentación sobre la actividad de alquiler y cultivo de las tierras tenía faltas importantes.
A principio de año, el ministerio adujo que tenía un convenio firmado con el INTA que apuntaba a “mejorar la gestión agropecuaria, que no exponga los campos objetos de análisis a una degradación producto de una explotación no sustentable”.
Todo indica que el acuerdo no fue suficiente. La resolución MD 367 divulgada ayer por Garré promueve la renegociación de las condiciones de contratos vigentes para adecuarlos a la disposición y señala que “no son neutros” los efectos de ese cultivo en el medio ambiente y la salud.
“La razonabilidad de dicha adecuación deberá estar fundada por un dictamen o informe del INTA o de un profesional matriculado en la materia”, dice el texto. Las Fuerzas Armadas, a partir de ahora, deberán elaborar informes mensuales sobre el cumplimiento de la nueva orden.
En sus considerandos, la resolución recuerda que “en el convenio específico que instrumenta la relación de cooperación del INTA con el Comando de Remonta y Veterinaria del Ejército Argentino se establece como objetivo la elaboración de relevamientos e informes sobre la aptitud de uso de las tierras y el diseño de propuestas de utilización productiva sustentables económica y ambientalmente”.
Los contratos aludidos por la resolución MD 367 corresponden a predios rurales ajenos a la jurisdicción del Comando de Remonta y Veterinaria.
La decisión de Garré subraya el paquete tecnológico que precisa “la implantación de soja transgénica dependiente de un paquete asociado a herbicidas, cuyos efectos no son neutros para el medio ambiente y la salud de las personas”. Una fuente del ministerio agregó ayer que es probable que en muchos campos no se vuelva a sembrar ni soja ni nada. “Hay lugares donde no había por qué sembrar nada”, aseguró.

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