Rellenos reciben más basura de lo permitido

Los rellenos sanitarios reciben el doble de basura de lo permitido

Fecha de Publicación: 05/03/2011
Fuente: La Nación
Provincia/Región: Capital - Buenos Aires



Si bien la ciudad se comprometió con la ley de basura cero a mermar la generación de residuos e impulsar la separación selectiva, la recuperación y el reciclado, envía 2 millones de toneladas anuales a los rellenos bonaerenses
A cinco años de la sanción de la ley 1854 de basura cero en la ciudad de Buenos Aires, que establecía como primera meta para 2010 una reducción de un 30% de los residuos que terminan en los rellenos sanitarios, las cifras indican que lejos de cumplirse, se envió más del doble de lo establecido. Así la ciudad atravesó el techo de los 2 millones de toneladas anuales, alcanzando un récord histórico de enterramiento.
Según un informe de la Coordinación Ecológica Area Metropolitana Sociedad del Estado -Ceamse-, la ciudad envió el año pasado a los rellenos ubicados en el conurbano bonaerense 2.110.122 toneladas de residuos sólidos urbanos (RSU), un 14,19% más (unas 262.374 toneladas) respecto de 2009 (1.847.758). Sin embargo, hubiese correspondido que sólo desechase 1.048.359 toneladas, casi 800.000 menos de lo que enterró en 2009.
La norma, aprobada en noviembre de 2005 por unanimidad por la Legislatura porteña, establece "un cronograma de reducción progresiva de la disposición final de residuos sólidos urbanos que conllevará a una disminución de la cantidad de desechos a ser depositados en rellenos sanitarios. Estas metas a cumplir serán de un 30% para el 2010, de un 50% para el 2012 y un 75% para el 2017, tomando como base los niveles enviados al Ceamse durante el año 2004. Se prohíbe para el año 2020 la disposición final de materiales tanto reciclables como aprovechables".
Sin embargo, "el incumplimiento sistemático e intencional de la ley de basura cero ha alejado a la ciudad de las metas de reducción progresiva de residuos lo que hace que hoy Buenos Aires se encuentre en una situación sumamente crítica", afirma María Eugenia Testa, directora política de Greenpeace, una de las organizaciones impulsoras de la ley.

Basura Cero
El proyecto de basura cero se comenzó a trabajar en 2004 desde la sociedad civil con la Legislatura de la ciudad porque se pronosticaba un futuro crítico para Buenos Aires en materia de generación y gestión de residuos si no se revertía la tendencia de incremento de los RSU enviados a rellenos. Por eso, se aprobó esta ley que apunta esencialmente a la revalorización de los residuos y establece pautas, principios, obligaciones y responsabilidades para su gestión integrando a gobernantes y ciudadanos.
Así se busca la reducción progresiva de la disposición final de los residuos sólidos urbanos, con plazos y metas concretas, por medio de la adopción de medidas orientadas a mermar la generación de residuos, la separación selectiva, la recuperación y el reciclado.
"Para llegar a la revalorización de los residuos, que es el objetivo de la ley, los principales puntos para implementar son la separación en origen, la incorporación real de las cooperativas de recuperadores y una campaña de educación para que la gente sepa cómo tiene que separar en la casa. Y la verdad es que no se ha hecho ninguna de estas cosas, si no que han tomado medidas contrarias al cumplimiento de la ley", afirma Carina Quispe, directora de política ambiental de Fundación Ambiente y Recursos Naturales, FARN.
En ese sentido, la Campaña "Jugá limpio", lanzada por el gobierno porteño, "ignora la ley 1854. Jamás se habló de separación ni se ejecutó el 5% anual de los gastos de publicidad del gobierno que la ley dispone que deben utilizarse para la implementación de esta norma", agrega.
Lo que todos los ciudadanos tienen que saber es simple: deben tener dos tachos de basura en su casa. En uno deben poner todo lo húmedo y en otro plásticos, cartones, botellas, PET, vidrios y todo lo que sea seco y que se puede revalorizar.

Los recuperadores
Luego de la recolección, los residuos potencialmente reutilizables deben llegar a alguno de los tres centros verdes de la ciudad, donde las cooperativas de recuperadores se encargan de separar, clasificar y poner en valor todo lo que pueda reusarse para luego venderlo. Sin embargo, el circuito todavía no funciona como debería.
"La remamos como podemos porque el material que nos envían es poco", afirma María Ramis de la Cooperativa de Recuperadores del Oeste. Ellos reciben un promedio de 2000 kilos diarios de desechos cuando deberían recibir entre 7000 y 8000 para que las 25 personas que allí trabajan puedan obtener un ingreso que les permita vivir dignamente.
La Cooperativa El Ceibo también atraviesa una situación similar. Según sus registros, en diciembre de 2010 recibieron 154.950 toneladas para recuperar, contra las 236.180 que recibieron en el mismo mes de 2008.
"A pesar del estado de colapso del Ceamse vemos que día a día los volúmenes del material que ingresa para reciclar sufre una sensible baja, siendo esto incompatible con el aumento de las ventas que tienen los grandes generadores de donde retiran dicho material los camiones de la Dirección General de Reciclado", afirma Cristina Lescano de El Ceibo en un informe enviado al Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño.
"Estos volúmenes se generan con camiones que hacen ocho rutas de retiro y nos entregan cada uno un promedio de 500 a 700 kilos por ruta, cuando están preparados para cargar entre 2000 y 2500 kilos. Es decir, trabajan al 20 % de su capacidad. Pero, llamativamente el papel blanco no existe, siendo este uno de los materiales, en un conglomerado urbano de las características de nuestra ciudad, que más volumen tendríamos que recibir. Los materiales que recibimos son cartón, film y algunas pocas veces Pet y vidrio", continúa.
De esta manera, con bajos índices de recupero, todo termina en los rellenos, con el costo que le genera al gobierno porteño y por ende a los vecinos, y contribuye a seguir engrosando los basurales, incumpliendo el plan basura cero.

El gobierno
Desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público, en tanto, sus voceros evitaron entrar en polémica, pero sostienen que están trabajando con la provincia de Buenos Aires en una nueva planta de residuos. "Allí, compañías europeas harán una inversión de 20 millones de euros y la ciudad reciclará 1000 toneladas de basura por día. Por las características de tratamiento mecánico biológico que empleará esta planta, afirman, se podrán llegar a recuperar el 60 por ciento de los residuos tratados", afirmaron.
"A su vez, también estamos prontos a inaugurar una nueva planta de tratamiento de residuos áridos, en Zabaleta, lo que reducirá esas cantidades, debido a que ya no ingresarán volquetes con restos de obra desde la provincia", agregaron.
Por último, mencionaron la contenerización para toda la ciudad y la separación en origen, "dos acciones fundamentales que están incluidas en la nueva licitación y que revolucionarán el sistema de recolección porteño", sostuvieron. Pero en todos los casos, evitaron dar fechas de realización de todas estas acciones.
En ese sentido, y por sobre todas las críticas, las organizaciones sociales destacaron el proceso participativo que se realizó el año pasado para ver el pliego con el cual van a cambiar las concesionarias de la recolección para residuos secos y húmedos: para los primeros incorporan a las cooperativas y para los otros abren la oferta a las empresas. "Estuvo muy bien hecho, pero no se tomaron decisiones todavía. Seguimos igual", explica Quispe, quien da cuenta de las numerosas demoras que ha tenido la aplicación.
"A cinco años de la sanción de ley, todas las prórrogas generan desconfianza. No se puede estar tanto tiempo para hacer cumplir una ley que requiere acciones muy prácticas. Si hubiera voluntad para que la ciudad separe los residuos en origen, ya se estaría haciendo", sostiene.
Más allá de las quejas por la demora en la implementación, las organizaciones no pierden las esperanzas de que en este año signado por las elecciones puedan avanzar en el tema. Y también hacen una salvedad: el problema no es que falle la ley, si no que aún no se implementó correctamente.
"No se puede hablar del fracaso de ley de basura cero cuando no se han tomado las medidas para hacerla efectiva. Estos procesos llevan muchos años y la concientización es clave", finaliza Quispe.

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