El país pierde 650.000 ha de tierras

El país pierde 650.000 ha de tierras

Fecha de Publicación: 27/09/2011
Fuente: Los Andes
Provincia/Región: Nacional



Como consecuencia de la desertificación avanzan las zonas áridas. En Argentina, casi ciento por ciento de la actividad agrícola y ganadera se produce en terreno afectado por la sequía; mientras que en éste vive alrededor de 30 por ciento de la población nacional.
Nuestro país tiene 70 por ciento de tierras bajo condiciones áridas y semiáridas. Y Mendoza contribuye bastante a esa realidad, ya que 97 por ciento de su geografía está bajo esas agobiantes condiciones.
En este contexto, en la Argentina, de los 270 millones de hectáreas que componen el territorio, 60 millones están afectadas por diferentes procesos y grados de desertificación y hasta 650.000 hectáreas se pierden por año.
La magnitud de las pérdidas económicas y sociales se evidencian si se considera que las tierras secas del país producen 50 por ciento de la actividad agrícola y 47 por ciento de la ganadera. Además, en ellas viven alrededor de 9 millones de personas (30 por ciento del total nacional) que ven disminuir su calidad de existencia y sus posibilidades de progreso jornada tras jornada.
Por eso, resulta de suma importancia la realización en nuestro medio de la Tercera Conferencia Internacional "Clima, Sostenibilidad y Desarrollo en regiones semiáridas" (ICID+19), que se prolongará hasta mañana .
El encuentro es preparatorio de la próxima Río+20 Cumbre de la Tierra sobre Medio Ambiente y Desarrollo, a realizarse en 2012 en la populosa ciudad brasileña, según explicó el experto local José Pozzoli, de la Secretaría de Ambiente de Mendoza.
Indicó que el documento que se elabore en Mendoza será el aporte que se llevará a las deliberaciones del próximo año, en la segunda ciudad más poblada de Brasil.
La desertificación está presente en grandes extensiones de Sudamérica. Nuestro país tiene 70 por ciento de su territorio ganado por ese flagelo; en Brasil representa 18 por ciento de su gran territorio; Chile cuenta con 70 por ciento de suelos áridos; Colombia y Ecuador, poseen 13,6 por ciento y 20 por ciento, respectivamente, de tierras secas.

Nuestra realidad
La especialista Elena Abraham, directora del Iadiza-CCT Conicet Mendoza, comentó que el encuentro internacional interesa en el medio, porque nuestro territorio, de más de 150.000 km2, se extienden bajo condiciones de sequedad, incluidos los tres oasis, "donde hemos inyectado una dosis de energía supletoria y humedad".
Las características de desertificación se detectan en suelos bajo las características de la salinidad, el revenimiento freático, la pérdida de capacidad productiva de los suelos, el abandono de las fincas y problemas de las aguas claras.
Para la estudiosa mendocina "el tema del mal uso del agua (de riego y potable) está en la base de los problemas ambientales que tenemos".
Refirió que en Mendoza una política de Estado debe apuntar "al aprovechamiento integral de estos cauces y, por eso, los diques contribuyen con una retención de agua para todo el año, y aunque falta mucho por hacer, los ríos están regulados, salvo el Grande".
En el caso de los ríos Tunuyán y Mendoza, opinó que están aprovechados totalmente para el consumo humano y para los otros usos, fundamentalmente el riego. Advirtió que la eficiencia de estos recursos por mal uso, es muy alto, llegando a 40% en materia de riego.
Además, hay problemas en el abastecimiento para consumo, porque los ductos y cañerías son deficientes y la gente no toma conciencia que "está en un ambiente seco y se hace derroche del líquido, perjudicando a los habitantes de la parte baja de la cuenca".
Asimismo, la investigadora planteó que "nadie está en contra del desarrollo de los oasis (3% de nuestra superficie), pero hay otros modelos de desarrollo de las tierras secas, que no son sólo los de regadío, como por ejemplo las actividades vinculadas con la ganadería, el uso del suelo agrosilvopastoril (el bosque) y labores relacionadas con la diversificación productiva en las mismas tierras secas (La Paz, Santa Rosa, Lavalle y norte de Las Heras)".
Añadió que es prioritario cuidar la población que vive en esos lugares, pero con infraestructura y servicios, para que se queden en esos territorios. "Hay que afianzar un desarrollo sustentable a lo largo del tiempo y que mantenga la regeneración del sistema".
También ponderó "los esfuerzos para que en zonas de nuestro desierto haya unidades de producción de leche y carne caprina, de junquillo (escobas), de miel y todo lo que va asociado a una producción sustentable. Todo esto conduce a retener poblaciones y evitar el éxodo a los alrededores de los centros urbanos".

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