Las importaciones del modelo rural industrial

Agroquímicos entre los 50 productos más importados en 2012

Fecha de Publicación
: 17/03/2013
Fuente: Biodiversidad en América Latina y El Caribe
Provincia/Región: Nacional


Según un informe reciente publicado en el suplemento de economía del diario Página 12, entre los 50 productos más importados en el 2012 aquellos directamente relacionados al sector agrícola tienen una importante participación, principalmente en lo que respecta a agroquímicos.
En este sentido que el concepto “Fertilizantes” ocupa en la tabla el puesto 21, con 290 millones de dólares, posteriormente encontramos “Glifosato” en el puesto 25 con 222 millones, luego en el lugar 43 repite “Fertilizantes” 145 mill., en el 44 “Agroquímicos” con 136 mill, y en el 47 “Herbicidas” con 130 millones. Si agrupamos todos ellos en su concepto general –que podría ser “Agroquímicos”- ascendería al puesto CUATRO, con un monto total de 923 millones de dólares. Estos números demuestran que el modelo de producción agrícola industrial demanda un enorme gasto en insumos producidos en el exterior.
La importación de estos insumos no sólo incide desfavorablemente en la balanza comercial, sino que estos agrotóxicos contaminan y degradan el ambiente, el agua superficial y subterránea, el suelo; se incorporan a nuestro organismo a través de los alimentos, cuando no, por fumigación directa, como sucede en muchas de nuestras escuelas rurales y pueblos fumigados. Si atendemos la numerosa evidencia científica y los ejemplos concretos que se presentan, nos daremos cuenta del daño a la salud y el ambiente que provocan los insumos de la agricultura industrial que importamos. Así en 2012 gastamos casi mil millones de dólares en productos que degradan la vida y la salud.
Otro dato que nos parece importante destacar del informe de P12 es que entre los productos que más importamos, no vemos NINGUNO que tenga directa relación con la satisfacción de nuestras necesidades básicas de alimentación -tampoco de salud o vivienda- de donde podemos inferir que alcanzar nuestra SOBERANÍA ALIMENTARIA –es decir la posibilidad de decidir y establecer las condiciones ambientales, económicas, sociales y culturales apropiadas para que todos tengamos acceso a alimentos sanos y nutritivos- es algo que solo depende de la voluntad política de nuestros gobernantes.
La campaña Paren de Fumigar las Escuelas, además de atender puntualmente las fumigaciones que sufren las escuelas rurales de nuestro departamento, pretende también aportar elementos que abran el debate sobre el modelo de producción agrícola actual, que nos está devastando a todos de manera voraz.
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