Monsanto obligado a parar su obra en Córdoba



Revés judicial para Monsanto hasta que esté el estudio de impacto ambiental

Fecha de Publicación
: 09/01/2014
Fuente: La Voz del Interior
Provincia/Región: Córdoba


La Sala 2ª de la Cámara del Trabajo ordenó frenar las obras civiles. El informe ambiental estaría en febrero. Monsanto negó que analice irse de Malvinas y apelará el fallo.
En fallo dividido, la Sala 2ª de la Cámara del Trabajo resolvió a favor del amparo presentado en septiembre de 2012 por los ambientalistas, por el cual se pidió la paralización de la obra de la empresa Monsanto en Malvinas Argentinas, 16 kilómetros al este de la Capital.
El resultado del fallo fue 2-1. De esta forma, Monsanto debería paralizar la obra civil, en el predio ubicado en ruta A-88, hasta tanto se dé a conocer el estudio de informe ambiental. La Voz anticipó que ese estudio estaría en febrero, por lo que la paralización sería sólo por algunos días.
Asimismo se estableció que la municipalidad de Malvinas Argentinas deberá "abstenerse" de emitir algún tipo de autorización a la empresa hasta tanto se concluya ese estudio.

Monsanto apelará el fallo
A partir de la sentencia, Monsanto envió un comunicado en el que expresa "que no comparte la resolución judicial de suspender la continuidad de la obra hasta la obtención del estudio de impacto ambiental". "Monsanto es respetuosa de las decisiones del Poder Judicial y acatará como siempre sus medidas", señala.
Monsanto confirma que apelará dicha sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia (TSJ), dado que considera "legítimo su derecho a construir la planta al haber dado cumplimiento con todos los requisitos legales y haber obtenido las autorizaciones para ello conforme la normativa vigente, lo que fuera confirmado por sentencia del Juzgado de Primera Instancia de fecha 7 de octubre de 2013".
"Hace más de tres meses que los empleados y contratistas de Monsanto no pueden ejercer el derecho a trabajar, debido a la acción de extremistas que bloquean los ingresos al predio, ejercen violencia y desoyen sistemáticamente las decisiones judiciales", añade el comunicado de la firma multinacional.
Monsanto aclara además que ya ha presentado el estudio de impacto ambiental, "documento que está en proceso de evaluación por parte de la Secretaría de Ambiente de la Provincia".
La planta que construye Monsanto es similar a la de Rojas (Buenos Aires) y está ubicada en un predio de 27 hectáreas.

No se va
Adrián Villaplana, gerentes de asuntos institucionales de Monsanto, descartó además rumores de que la firma se vaya de Malvinas. “Es cierto que algunas contratistas retiraron maquinarias, teniendo en cuenta que la obra está paralizada porque los manifestantes no permiten el ingreso de los trabajadores. Eso no significa que haya cambios en nuestros planes”, aseguró el directivo. Monsanto negó que analice irse de Malvinas Argentinas.

Amparo a favor de ambientalistas
La acción presentada por los ambientalistas declara inconstitucional la ordenanza municipal que autoriza a Monsanto a realizar las tareas preliminares para la obra de la planta semillera.
En octubre de 2012, la Sala 2ª de la Cámara del Trabajo de Córdoba admitió el recurso presentado y revocó el fallo previo de un juzgado que había rechazado el amparo.

Protesta
Vecinos de Malvinas Argentinas, asambleístas y organizaciones sociales se concentraron hoy frente a la Cámara del Trabajo.
Gastón Massalay, uno de los ambientalistas, dijo que la obra debe ser "paralizada".
"Estoy muy contento, es otra cachetada más para Monsanto", añadió.
"Tenemos el dictamen de la sentencia, la Cámara ha resuelto suspender los efectos de la ordenanza que autorizaba la obra civil, por ende la obra de Monsanto debe ser paralizada. Y ordena a Malvinas Argentinas a no emitir autorización a la empresa hasta que se complete el estudio de impacto ambiental", sentenció, en diálogo con Radio Universidad.

Seguirá el acampe
Sofía Gatica, de Madres de Ituzaingó anexo, confirmó a La Voz que seguirá el bloqueo de los dos portones de ingreso en el predio, hasta tanto no se tome una decisión política de los gobiernos nacional, provincial y municipal para prohibir la instalación de Monsanto en Córdoba.
Desde el 18 de septiembre de 2013 se produce el acampe de los ambientalistas. Durante ese lapso se produjeron 4 episodios de violencia.


Una trampa llamada Monsanto

Mucho antes de saber si la planta podría contaminar o no, el proceso de autorización estaba viciado, como lo anticiparon las universidades Católica de Córdoba, Nacional de Córdoba y Nacional de Río Cuarto, entre otras instituciones.
La gran pregunta es por qué el Gobierno provincial quiso apurar la construcción de Monsanto. Qué necesidad había de forzar un debate judicial sobre la aplicación de una norma local por encima de la ley nacional (que obliga a presentar el Estudio de Impacto Ambiental -EIA- antes de construir una planta de este tipo).
El Gobierno cordobés -y el municipio de Malvinas Argentinas- le permitieron a Monsanto construir sin dicho estudio.¿Cuál era el apuro?
Esa decisión fue la que provocó los primeros reclamos.
Mucho antes de saber si la planta podría contaminar o no, el proceso de autorización estaba viciado, como lo anticiparon las universidades Católica de Córdoba, Nacional de Córdoba y Nacional de Río Cuarto, entre otras instituciones.
La jueza de primera instancia había fallado a favor de Monsanto en esta causa pero, es justo recordarlo, con el dictamen de una fiscal que dijo expresamente que estaba en contra de lo que le ordenaron dictaminar desde la Fiscalía General.
Sin contar otros detalles:
Ocultamiento. Ni el Gobierno ni Monsanto quisieron nunca mostrar las dos mil páginas de estudios presentados por la empresa a Ambiente, entre ellas el EIA, aún no aprobado. Monsanto aceptó entregar sólo 30 páginas, que no contestan las principales dudas.
Dudas. Este diario accedió al Aviso de Proyecto (90 páginas) que Monsanto presentó a Ambiente y que le permitió comenzar la construcción de la planta. Lo analizaron las universidades Católica de Córdoba y Nacional de Río Cuarto, y observaron numerosos interrogantes respecto de qué se hará con desechos, accesos, agua, etcétera; así como de los distintos procedimientos de producción y su seguridad ambiental. No hay un solo documento difundido para replicar esas dudas, excepto las palabras de los voceros de Monsanto.
El Gobierno se ve hoy en una encrucijada: con la lupa encima de todos los sectores, se debate entre apoyar o no una consulta popular de resultado incierto, sin contar la decisión que tomará sobre el EIA ni el peso que tendrá ahora el Tribunal Superior para decidir sobre la inconstitucionalidad de la ordenanza de autorización. Ni, por supuesto, las internas entre quienes se echan culpas mutuas por el mal manejo de esta historia.
Otra vez: ¿Cuál era el apuro?
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