Construcción sustentable en Mendoza



La construcción sustentable suma adeptos en Mendoza

Fecha de Publicación
: 07/11/2014
Fuente: Los Andes
Provincia/Región: Mendoza


La técnica se puede usar para viviendas sociales ya que su costo es inferior al de la construcción tradicional. Hay casas de este tipo en zonas rurales y semi rurales de Luján, Maipú, Lavalle, Las Heras y Malargüe.
Una vivienda realizada con materiales alternativos, con conceptos bioclimáticos, que ahorre energía y reutilice parte del agua que se gasta, son principios fundamentales de la construcción sustentable. Esta nueva corriente arquitectónica que se comenzó a desarrollar en nuestra provincia desde hace algunos años suma cada vez más profesionales, investigadores e interesados. Se trata de un tipo de edificaciones que buscan armonía con el entorno, son más económicas que las tradicionales y que permiten la autoconstrucción.
En Mendoza, hay ejemplos de proyectos y emprendimientos en zonas rurales y de montaña de los departamentos de Luján, Maipú, Lavalle, Las Heras y Malargüe. Estas nociones de sustentabilidad también pueden ser aprovechados en viviendas sociales y en casas ya construidas.
Leandro Vélez, arquitecto, investigador de la Universidad de Mendoza y director del Centro de Investigación, Desarrollo y Enseñanza de Permacultura (Cidep), empezó a trabajar con esta modalidad en 2007. “Fue un desafío muy grande porque en la provincia hay un preconcepto sobre la construcción en técnicas mixtas en tierras crudas que se utiliza en este tipo de viviendas”, comenzó a explicar el experto que aplica en sus obras aspectos bioclimáticos.
Para aprender esta forma de trabajo viajó al sur del país y se basó en el conocimiento empírico que tenían los huarpes. “No se trata de volver al pasado, sino aprovechar esa sabiduría, sumarle tecnología y vivir de alguna manera respetando el entorno”, explicó.
El problema para él, es que cuando se habla de barro inmediatamente se lo relaciona con el adobe que es un material que tiene muy mala fama, pero, según su visión, es porque no estuvo bien utilizado. A diferencia de aquellas casas de antaño que fueron desapareciendo, lo que hace Vélez es una estructura independiente metálica o de madera para luego cerrar con técnicas mixtas, como quincha, fardo, adobe, entre otros. “Yo hago verificar la estructura al cálculo técnico y el barro cumple la función de cerramiento”, detalló el profesional que tiene once obras aprobadas en la actualidad.
Lo que él destaca de este modo de edificación es que logra reducir hasta un 35 por ciento los costos en relación a la construcción tradicional y que permite la autoconstrucción asistida lo que permite ahorrar aún más. “Para mí es impresionante ver cada vez más profesionales trabajando en el tema, soy asesor externo de proyectos de tesis en la universidad y veo cómo cada vez más alumnos eligen el tema”, comentó. Con respecto a las personas interesadas reconoció que todavía hay cierta resistencia, pero que igual se avanzado si se compara con cinco años atrás. “Nosotros contamos con ejemplos concretos de obras que han tenido buenos resultados que tienen y que no le envidian nada a los sistemas convencionales”, aseguró.

Ahorro de agua y energía
El arquitecto Gustavo Monteverdi comenzó hace cuatro años a trabajar con esta modalidad, pero antes decidió utilizarse a sí mismo como “conejillo de indias”. “Primero que nada, hice mi propia casa con concepto bioclimático y sustentable acorde a la realidad de nuestra provincia”, señaló el profesional que tiene su vivienda en Rodeo de la Cruz.
Tal como su colega, Monteverdi utiliza estructuras independientes y la recubre con distintas técnicas de barro. “Trabajamos con madera de bosques implantados de Misiones o de Corrientes que no perjudican los bosques autóctonos”, precisó. Una de las ventajas de utilizar la tierra para la obra es que el barro se prepara en el mismo lugar y no se necesita movilizar fletes.
Para ahorrar agua utiliza biodigestores. “Se colocan las cloacas de modo de poder reciclar el agua gris que proviene de lavatorios, cocinas, lavarropas, ducha, que representa 80 por ciento del agua que consume una familia y se puede usar para regar”, indicó el arquitecto.
La energía solar es otro punto que incorpora este tipo de viviendas. “Por ahora empleamos la energía solar térmica para el calentamiento de agua para el uso sanitario y de cocina, para ello se usan colectores solares que son como tubos de vidrio expuestos a la radiación solar que acumulan agua caliente en un tanque asilado”, detalló. Para el resto se utiliza la energía convencional, aunque en mediano plazo podría reemplazarse también.
“Como en San Juan van comenzar a producir paneles solares tal vez su precio sea más accesible que el actual y podamos incorporarlos”, añadió.
Según su experiencia, Monteverdi nota mucha más gente interesada en la construcción sustentable que años atrás. “Si bien muchos preguntan, uno de cada diez finalmente me dice que sí”, reconoció. Dentro de ellos, la mayoría son personas que quieren volver a lo natural, se escapan de la urbe y se van a vivir a lugares alejados o de montaña. “Los mendocinos somos un poco reacios al cambio, pero si uno ve que su vecino lo hace va empezando a animarse. Lo que falta es más difusión y desterrar muchos mitos”, cerró.

Aplicado a viviendas sociales
Pero no son únicamente las viviendas privadas las que pueden comenzar a aplicar este tipo de técnicas, sino que son muy recomendadas para viviendas sociales. En este concepto trabaja Jorge Mitchell, miembro del grupo del Laboratorio de Ambiente, Humano y Vivienda del Incihusa, CCT- Conicet, Mendoza. “Esta línea de trabajo tiene una experiencia comprobada desde hace bastante tiempo, en la provincia inclusive hay un prototipo de vivienda social que está en el Barrio Parque Sur de Godoy Cruz desde el año 81”, contó el arquitecto.
Con el pasar de los años se ha ido avanzando en esos conocimientos y se ha incorporado el concepto de sustentabilidad social. “La transferencia de conocimiento bioclimático ha demostrado que el usuario es fundamental, no sólo en el uso y mantenimiento, sino también en la operación, lo que permite que haya una adaptación socio técnica”, explicó.
Otro aspecto que debe tenerse en cuenta es el diseño participativo. “Hay que garantizar que la comunidad participe en las decisiones del diseño de su vivienda, porque es un derecho que le asiste y muchas veces no lo puede hacer valer”, remarcó el experto.
Además de utilizar las condiciones del clima, es clave emplear los materiales del lugar. “Por ejemplo, ahora estamos en una tarea de transferencia con una comunidad huarpe de Lavalle que está construyendo ladrillos ecológicos con el propio suelo del lugar y con un consumo bajísimo de agua”, ejemplificó Mitchell. Por otra parte, recalcó la importancia del diseño bioclimático: “La orientación de la vivienda, una buena aislación y ventilación cruzada le permite a la persona que la habita utilizar menos energía en invierno y en verano”, señaló.
Uno de los problemas que generalmente se presentan a la hora de concretar este tipo de emprendimientos sociales es que por un lado, los decisores, tanto políticos como emprendedores privados, no están concientizados al respecto y por el otro, muchas personas no aceptan este tipo de construcción. “Por lo que es fundamental la tarea de concientización y que la decisión se toma consensuadamente con cada comunidad para satisfacer mejor sus necesidades”, destacó el profesional que ha desarrollado proyectos de investigación y desarrollo, en los que ha participado el IPV como institución beneficiaria de los resultados. “Pero lamentablemente hasta ahora no se ha concretado la construcción de algunos de dichos proyectos”, reconoció.
Finalmente, es impostergable la tarea por un hábitat sustentable, la que consume una parte considerable de energía en un contexto de crisis, donde es posible mejorar las condiciones ambientales, reducir los efectos contaminantes a la atmósfera y mitigar el cambio climático.

Charlas gratuitas abiertas al público
Para todos aquellos interesados en conocer los aspectos fundamentales sobre la construcción sustentable y natural, Fundación Rural realizará un curso gratuito al respecto. El mismo comenzó ayer y continuará los próximos miércoles 12 y 19; el horario es de 15.30 a 18.30 en la sede de la Fundación, ubicada en Godoy Cruz 127 de Ciudad.
Las charlas estará a cargo del arquitecto Gustavo Monteverdi, y tienen como principal objetivo involucrar a las personas al proceso creativo de su propio habitar, teniendo como principios el cuidado de la tierra, de las personas y de todos los seres vivos.
Los cupos son limitados, para más información comunicarse a los teléfonos 4298728 ó 4234228.

Tips para ahorrar energía y recursos en cualquier casa
Si bien Eduardo Sosa, gestor ambiental y experto en eco-eficiencia, reconoce que para aplicar los conceptos de ahorro de energía y otros recursos naturales es mejor empezar con una vivienda desde cero, también pueden adaptarse a casas ya construidas. “La potencialidad de aplicación de estas medidas depende de la capacidad de inversión, de la posibilidad de hacer reformas, de la orientación, el contexto y los patrones de consumo de sus habitantes”, señaló el profesional que aconseja a particulares y a empresas sobre el tema. “Lo primero que hay que hacer es analizar cuáles son los costos de energía, de agua, de gas, para tener un valor de lo que se está gastando y a partir de allí proponer distintas medidas”, explicó.
En cuanto a las alternativas, remarcó que se adaptan al bolsillo y necesidades de cada persona. “Podés comprar un calefón solar para producir agua caliente para la vivienda o construir un calefón solar casero haciendo pasar el tubo por una sistema de mangueras que capten el calor solar, lo único que va a faltar es la acumulación”, precisó.
Otra opción es invertir en un aire acondicionado ecológico (que no genera gases de efecto invernadero) o ahorrar en refrigeración evitando la entrada de luz directa, colocando en el exterior pinturas elastoméricas y plantas. “Por ejemplo en Córdoba aplicamos un techo verde a una oficina y complementamos con pintura elastomérica y de un verano a otro la temperatura bajó 7 grados”, comentó Sosa quien también suele aplicar rehuso de aguas grises, jardines de bajo consumo de agua, entre otros.
Pero más allá de contar con un equipamiento que incluya tecnologías apropiadas es muy importante cambiar el comportamiento de los usuarios. “Los hábitos de consumo son fundamentales a la hora de ahorrar energía y recursos, lo bueno es que no tienen costos pero en necesario aprenderlos y ejercitarlos”, cerró gestor ambiental que brindará una charla al respecto en el Mendoza Green Market.
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