Más calor, más lluvias, el clima que viene



El país se encamina hacia un clima más extremo

Fecha de Publicación
: 28/11/2014
Fuente: La Voz del Interior
Provincia/Región: Nacional


Las olas de calor y lluvias intensas serán más frecuentes e intensas si no se detiene el cambio climático, según un documento de la Secretaría de Ambiente de la Nación.
Vicente Barros, uno de los mayores expertos en cambio climático del país, lo resume con una frase: “El clima se volverá más monzónico”.
Ese será el efecto más notorio para el centro del país, si el planeta se sigue calentando al ritmo actual como consecuencia de la contaminación producida por los combustibles fósiles y la deforestación.
La Secretaría de Ambiente de la Nación dio a conocer ayer el primer informe de la Tercera Comunicación Nacional sobre Cambio Climático (TCNCC).
En un documento que el país se comprometió a realizar por pedido de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
Una de las conclusiones es que el clima se volverá más monzónico, es decir, un periodo seco más largo, olas de calor y menos días con lluvias pero más intensas.
El documento también concluye que en la primera mitad del siglo, tanto en un escenario moderado de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero como en el peor escenario de contaminación posible, la temperatura media anual aumentará un grado o menos en casi todo el país respecto a lo medido a fines del siglo 20.
“La zona central del país no sufrirá tanto calentamiento. El problema más grave será que el clima se volverá más monzónico”, explica Barros, vicepresidente del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), el organismo de la ONU encargado de elaborar un informe científico sobre el tema.
Y agrega: “Se alargará aún más el periodo sin lluvias en el centro y norte del país. Y habrá un período húmedo corto con lluvias intensas”.
En tanto, la TCNCC pronostica: “Para los próximos 25 años se proyecta una aceleración del aumento de la temperatura media. La región con mayores cambios sería el noroeste del país, con aumentos de hasta 1,5 grados centígrados”.
En el peor escenario de contaminación posible, el incremento de temperatura comenzará a notarse con intensidad en la segunda mitad del siglo.
El país registrará aumentos de 2,5 hasta 6 grados respecto de la temperatura media observada a fines del siglo 20.

Lluvias
En la primera mitad de siglo, se proyecta que la precipitación media anual aumentará o disminuirá en un 10 por ciento en casi todo el país, en un escenario de moderada reducción de la contaminación.
“Como este podría ser el rango de error del estudio, estas señales de cambio son poco relevantes. Por ello, se podría asumir que no habría mayores cambios en la precipitación en todo el país en el futuro cercano”, asegura el documento.
En palabras de Barros: “No se esperan grandes cambios en cuanto a la precipitación media anual. Sin embargo, los extremos de ambas variables seguirán en aumento y se registrará una mayor frecuencia de olas de calor, temperaturas más elevadas durante el día y la noche, sequías y lluvias extremas”.
La situación varía si pensamos en un mundo con alta contaminación y en el futuro lejano, pues se proyecta un descenso de 10 a 20 por ciento de la precipitación media anual sobre el oeste de la Patagonia norte y central, y un aumento similar en el centro, incluida Córdoba, y parte del este del país.

Adaptarse
Este clima extremo requiere un mayor trabajo en medidas de adaptación, sostiene Barros. En el caso de Córdoba, serían acentuar las medidas para prevenir y controlar incendios, asegurar la disponibilidad de agua y mejorar los sistemas de alertas por creciente en los ríos, además de evitar la proliferación urbana en las costas.
“Las olas de calor van a ser más mortales. En la última ola de calor que afectó a la Ciudad de Buenos Aires, se murieron a razón de 100 personas por día extra a las que habitualmente se mueren. Pasó de 90 a 190 personas por día. Estas olas de calor van a ser más frecuentes en verano y también en invierno”, asegura Barros.
Este clima extremo ya se observa en los últimos años. La TCNCC determinó que en gran parte del país hubo una reducción en el número de días con heladas, mientras que el número de días con olas de calor tanto como las noches tropicales aumentaron considerablemente en el norte y este del país.
“Los eventos extremos de lluvias resultaron más intensos y frecuentes en casi toda la Argentina no patagónica. Por otro lado, la duración de períodos prácticamente sin precipitación disminuyó en la Pampa húmeda y la Patagonia no Andina”, dice el documento.
Y agrega: “En el oeste y notoriamente en el norte del país, hubo un cambio hacia la prolongación del período seco invernal, lo cual genera problemas en la disponibilidad de agua en estas zonas”.
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