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Destacan el rol climático del yaguareté

 


Estudio vincula el regreso del yaguareté al Iberá con la mitigación del cambio climático

Fecha de Publicación
: 16/03/2024
Fuente: Diario El Libertador
Provincia/Región: Corrientes


La Fundación Rewilding Argentina, que lleva adelante en Corrientes el proyecto de reintroducción del yaguareté en el Iberá, con el apoyo del Gobierno provincial, se encuentra evaluando los efectos de la mencionada acción y los posibles beneficios que le puede aportar indirectamente a la mitigación del cambio climático.
El retorno del depredador tope al Parque Nacional Iberá, puede tener múltiples efectos, sobre este ecosistema mediante el restablecimiento de relaciones ecológicas que hacen a su funcionamiento.
En conjunto con Alejandro “Pipa” Welschen, becario doctoral del Conicet, y otros investigadores de la misma institución, siguen evaluando la asociación entre el retorno del yaguareté y la mitigación de los efectos del cambio climático.
Con respecto a esto último, el Becario del Conicet explicó en un video de la Fundación en Instagram que “el efecto indirecto que queremos evaluar es si, la presencia del depredador tope termina modificando la composición de los pastizales y su productividad” y agregó que “los predadores afectan directamente a sus presas modificando sus abundancias y también modificando su comportamiento”.
Al depredar sobre grandes herbívoros, como el carpincho, el yaguareté puede disminuir la presión de pastoreo de los carpinchos sobre los pastizales de Iberá. Y los pastizales, a través de la fotosíntesis, eliminan dióxido de carbono de la atmósfera aportando así a la mitigación del cambio climático.
Por lo tanto, al depredar sobre los abundantes carpinchos, los yaguaretés sostienen el desarrollo de los pastizales e indirectamente incrementan la capacidad del ecosistema de capturar carbono, mitigando así los efectos del cambio climático.
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Desde la salud ya se advierte sobre la crisis climática futura

 


El fenómeno climático que, según un experto, será un “problema gravísimo” en la Argentina la próxima década

Fecha de Publicación
: 07/03/2024
Fuente: La Nación
Provincia/Región: Nacional


Carlos Ferreyra, médico especializado en epidemiología ambiental y exconsultor de la OMS en clima, salud y ambiente, sostiene que el calor extremo demanda una estrategia clara
A dos semanas de que el termómetro marcara el final de la primera ola de calor de la temporada, con temperaturas consideradas “muy peligrosas” para la salud, se desconoce qué impacto tuvieron esos 23 días de enero y febrero en la población valores térmicos agobiantes. Y lo fue hasta el punto de de no poder responder en distritos consultados sobre la demanda de asistencia o consultas por golpe de calor o siquiera considerar, como ocurrió en una de las provincias, que el calor extremo sea un problema de salud pública.
“En la Argentina, hay cero enfermos o muertos por el calor”, señala Carlos Ferreyra, médico especializado en epidemiología ambiental y exconsultor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en clima, salud y ambiente. Sostiene que “ningún sanitarista serio diría que el calor extremo no es un problema de salud pública” tras el Acuerdo de París de 2015 contra el cambio climático y la adaptación a sus efectos, lo que incluye la salud humana, animal y vegetal.
Con experiencia en la gestión pública, ya que trabajó en los ministerios de Salud de la Nación y de Córdoba, de donde es oriundo, asegura que el país carece de una estrategia frente a lo que anticipa que será “un problema gravísimo” en la próxima década. “Pasaron los años y no hay ninguna provincia, excepto la ciudad de Buenos Aires [por la red de refugios climáticos], con una estrategia y un plan ante el calor extremo”, dice en diálogo con LA NACIÓN. Al diferenciar por localidades, también menciona a Rosario, en Santa Fe, donde hay unos 20 puntos para buscar alivio del calor.
En el Consejo de Médicos de Córdoba, la Alianza Clima, Vida y Salud Argentina –Ferreyra preside la alianza internacional/España– organiza anualmente un curso internacional no arancelado sobre prevención y reducción de daños y pérdidas asociadas con las temperaturas altas extremas, incluida la formación en cuidados para grupos vulnerables (adultos mayores, embarazadas de alto riesgo, pacientes oncológicos o personas con enfermedades crónicas, entre otros) y, también, en información estratégica. La próxima edición es el mes que viene (Informes: escueladelcalorextremo@gmail.com).
“No tener un sistema de información epidemiológica robusto hace que el país gaste una enorme cantidad de dinero en atender pacientes que llegan tarde a la consulta. Hace que los argentinos seamos totalmente ineficientes en la actuación ante el calor extremo –dice–. Por esto es que tenemos que aplicar el principio precautorio: aun no habiendo datos sobre los diferentes impactos del calor en la población y para no dejar desamparados a los mayores, las embarazadas o las personas que utilizan terapias que pueden generar alguna vulnerabilidad con calor extremo, hay que actuar a pesar de no tener la información necesaria para gestionar.”
Otro tema que no escapa a ese programa de formación, que se extenderá hasta 2027, es la relación entre las epidemias de dengue y otras enfermedades vectoriales y la emergencia climática. “Cada vez que hay calor, se presenta con mucha eficacia porque el mosquito se reproduce más eficientemente y la población no está bien informada por lo que no puede dar una respuesta adecuada y hay incapacidad de actuar”, opina el médico, que en 2009 fue coautor del Plan Director de Prevención del Dengue de Córdoba (Ley N° 9666).
De acuerdo con un informe del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), la primera ola de calor de la temporada 2023/2024 fue “extraordinaria” en duración y extensión geográfica. Se prolongó por 23 días (comenzó el 21 de enero y finalizó el 12 de febrero) y alcanzó a todas las provincias. Avanzó lentamente de sur a norte y, luego, al noreste del país, con valores extremos tanto para las temperaturas máximas como las mínimas diarias. El SMN cuenta con una app que emite alertas por temperaturas extremas (frío o calor).
“Este evento se caracterizó por su gran extensión territorial y duración, ya que afectó a un total de 80 localidades que cuentan con estación meteorológica oficial –detalla el texto del SMN–. Tuvo dos momentos en los que se intensificó y extendió afectando a la mayor cantidad de territorio: el primero fue entre el 31 de enero y el 3 de febrero, y el segundo entre el 5 y el 7 de febrero. En ambas situaciones, la ola de calor estaba presente en más de 55 estaciones meteorológicas.”

Consecuencias económicas
Dado que se prevé que pueda repetirse, para la Argentina eso implica, además, consecuencias económicas. “Al calor en la Argentina siempre se lo tomó como una cuestión individual, de percepción personal. Sin embargo, hoy, es el problema de salud pública más importante en términos de sus daños a la sociedad y la salud. Más en los países del hemisferio sur, donde es generador de otros muchos problemas, como incendios, sequías, disminución de la producción de alimentos e impacto directo en la capacidad productiva”, menciona Ferreyra.
Lo define, además, como un problema territorial porque afecta más donde hay condiciones que favorecen valores más altos: lugares con concentración de cemento, metal, vidrio y hormigón, sin árboles y vegetación, ríos, lagos o agua en fuentes como elementos de enfriamiento natural. “Hay argentinos que van a sufrir más el calor que otros donde se dan esas condiciones”, señala el epidemiólogo. “De los 800 municipios más afectados por el efecto de isla de calor urbano, solo dos cuentan con un plan de actuación ante el calor. Son la ciudad de Buenos Aires y Rosario. Esto genera una gran desigualdad en la Argentina”, agrega.
La preparación local que describe también alcanza a la información oportuna a la sociedad, no solo con recomendaciones de cómo prevenir un golpe de calor, sino también de cómo está afectando a la población, junto con la formación del personal en los centros de atención y los cuidados a adoptar en más de 20 profesiones con alto riesgo de sufrir estrés térmico.
“La mayor parte de los hospitales que reciben los casos complicados no tienen un plan con las guías clínicas necesarias para que los distintos servicios enfrenten los efectos del calor, a diferencia de lo que pasa con los efectos del frío –detalla Ferreyra–. Tampoco la salud ocupacional cuenta con protocolos sobre cómo el calor extremo afecta a los trabajadores ni en los sindicatos se discuten las medidas de cuidado y protección personal que deberían promover.”
Cita que, en Europa, donde trabaja a través de la alianza, hay protocolos que indican que, al superar los 32°C, los trabajadores expuestos al calor se van rotando en el descanso en un centro de enfriamiento, donde se hidratan y personal de enfermería les controla parámetros básicos para seguir con las tareas.
“Si no existen esas precauciones, el estrés térmico altera la capacidad de trabajo y los países sin estas protecciones empiezan a tener graves problemas de producción –agrega–. Todo esto demuestra que la Argentina tiene que actualizar su respuesta al calor extremo. Solo en lo laboral, tiene impacto en más de 20 profesiones u ocupaciones, como la policía, el transporte, la construcción, el trabajo en el campo o los trabajadores informales en la calle, entre otros más.”
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Documentan migraciones climáticas en el Gran Chaco

 


El cambio climático obliga a familias del Gran Chaco Americano a migrar local e internacionalmente

Fecha de Publicación
: 01/03/2024
Fuente: Diario Norte (Argentina)
Provincia/Región: Norte Argentino


De acuerdo al documento y la investigación que tuvo una duración de dos años, se ha evidenciado movilidades asociadas al aumento de la temperatura, la sequía y la falta de agua. De lo que se conoce la mayor cantidad de migraciones son a nivel interno, sin embargo, los testimonios de las autoridades locales exponen casos de migraciones internacionales.
"Los nivaclés de Cayin Ô’clim y de Uj’e Lhavos vinieron del Pilcomayo, y eso tiene que ver con el tema de la movilidad, porque ustedes saben que los pueblos chaqueños eran seminómadas. Que esto hasta hoy se nota. Y lo eran porque imagínense, en una situación como el Chaco donde a veces durante medio año hasta ocho meses no cae ninguna gota de lluvia, lógicamente la agricultura sería mortal, o sea, eso no puede ser. Entonces tenían que desarrollar otra economía. Y tenían una economía muy complementaria y para eso necesitaban ser móviles" , señala una persona entrevistada en Argentina y que refleja el estudio.
"Migraciones Ambientales en el Gran Chaco Americano" como se denomina el proyecto, se ha desarrollado a solicitud de un consorcio conformado por 11 autoridades subnacionales, de la sociedad civil, de una organización regional y de la academia. La iniciativa forma parte de la iniciativa "MIgration EU eXpertise+ (MIEUX+) que es financiado por la Unión Europea e implementada por el Centro Internacional para el Desarrollo de Políticas Migratorias (ICMPD).
Se trata del primer diagnóstico en la región que aborda esta temática lo que ha obligado a los investigadores y especialistas a implementar una metodología  con múltiples herramientas como encuestas de  pre-diagnóstico, investigación documental, entrevistas virtuales semiestructuradas, trabajo de campo y sistematización de la información y finalización del documento de lineamientos de políticas públicas.  
Durante la investigación se ha entrevistado a más de 210 personas, procedentes de más de 12 pueblos diferentes recorriendo más de 6000 km en dos misiones. Igualmente se ha entrevistado a representantes de las comunidades Aymara (originalmente de la región andina de Bolivia), Chorote, Enhlet Norte, Guaraní, Manjui, Nivaklé, Pilagá, Quechua, Tapiete, Toba, Weenayek y Wichi.
La investigación refleja la preocupación de las autoridades locales por los crecientes desastres ambientales y las profundas condiciones de sequía, eventos que, a su vez, han generado desplazamientos forzados de personas, sobre todo, jóvenes.
"Este documento se alimentó de las 3 primeras fases, mientras que el trabajo de campo fue realizado de manera independiente del equipo de investigación debido a que la indagación que debía levantarse obedecía en estricto sentido a recabar información de las autoridades locales y cómo las mismas pueden y deben diseñar políticas públicas" señala Giovanna Tipán Barrera una de las autoras del documento y la investigación.
El proyecto  no sólo aporta a la problemática de migraciones ambientales a través de un diagnóstico sobre la temática, sino que proyecta recomendaciones y propuestas desde lo público a través de un documento de lineamientos para política pública sobre migraciones ambientales en el Gran Chaco Americano.
"Las autoridades, a pesar de ser actores protagónicos en el diseño de políticas públicas, expresan que las escasas oportunidades laborales que se ofrece a nivel local constituye otro de los factores que expulsan a la población, además, los procesos migratorios han desencadenado problemáticas sociales difíciles de contener desde los gobiernos locales que cuentan con presupuestos limitados", relata el informe.
Estas políticas públicas deben responder a los desafíos ambientales, el aumento de la temperatura; la sequía, la escasez de agua y el viento del norte; las inundaciones; el desmonte y los incendios; y los impactos negativos de la construcción de infraestructuras y otros proyectos de desarrollo, detectados en la investigación.
Las conclusiones apuntan a la urgencia de diseñar políticas públicas de migraciones ambientales debido a los desafíos que enfrenta la humanidad en relación al cambio climático y los desastres ambientales, su diseño permitirá abordar de manera efectiva las necesidades de los migrantes ambientales, proteger sus derechos y brindar asistencia.
El Gran Chaco Americano, con 9 millones de personas, más de 1,1 millones de km2 ubicados en Paraguay, Bolivia, Argentina y Brasil es una región extensa que abarca diferentes ambientes ecológicos y condiciones climáticas extremas agravadas por la crisis climática y una elevada tasa de desmonte y se han construido múltiples proyectos de infraestructuras, con escasos beneficios para la población local.
En él habitan poblaciones indígenas de diferentes etnias, así como poblaciones criollas, cuyas formas y medios de subsistencia están estrechamente vinculados al territorio y están siendo fuertemente influenciados por la degradación ambiental.
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Neuquén hace punta en salud y crisis climática

 


Neuquén tiene un plan para que el sector salud se prepare frente al cambio climático

Fecha de Publicación
: 27/02/2024
Fuente: Diario Río Negro
Provincia/Región: Neuquén


Fue elaborado con apoyo de la Organización Panamericana de la Salud y el Ministerio de Salud de la Nación.
En los centros de salud y los hospitales, se hacen diagnósticos y tratan enfermedades. Se realizan acciones de prevención y promoción de la salud e investigación para encontrar soluciones para la diversidad de pacientes. Pero ese funcionamiento implica que se emitan gases de efecto invernadero a través del consumo de energía, el transporte, y la fabricación, uso y disposición de productos.
Neuquén es una de las primeras jurisdicciones de la Argentina que elaboró un plan de acción de salud y cambio climático, junto con Misiones y Tucumán.
«Como todas las demás actividades humanas, hay impactos en el ambiente. y el sector de la salud no es una excepción. Entonces hay que repensarlo y empezar a ver cómo nos adaptamos y cómo mitigamos. Adaptarnos es empezar a prepararnos a cómo vamos a seguir funcionando frente a lo que va a suceder. Y mitigar es reducir la emisión de gases de efecto invernadero, o aumentar los sumideros, por ejemplo, aumentar la plantación de árboles. No es juzgar al sistema de salud sino hacer un parate y analizar», explicó a Diario Río Negro el médico toxicólogo Horacio Trapassi, director General de Salud Ambiental y Cambio Climático del Ministerio de Salud de Neuquén.
Los sumideros son depósitos naturales que pueden absorber y capturar el dióxido de carbono de la atmósfera reduciendo su presencia en el aire.
El plan de salud y cambio climático fue creado dentro del marco del Proyecto Readiness Argentina. Fue un trabajo de dos años con apoyo de la Organización Panamericana de la Salud. Se trata de una iniciativa novedosa que marcará las bases para otras jurisdicciones del país.
El proceso fue coordinado por el área de Salud Ambiental del Ministerio de Salud provincial, la oficina de la Organización Panamericana de la Salud en Argentina, y la Coordinación de Salud Ambiental del Ministerio de Salud de la Nación, bajo la órbita de la gestión de Carla Vizzotti.
Contiene un conjunto de estrategias, medidas, políticas e instrumentos para ser implementados hasta el año 2030 para dar cumplimiento a la Ley N° 27520 de Presupuestos Mínimos de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático Global. Es mencionado como un instrumento que se enmarca y se alinea con los objetivos y directrices del Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático.
Con el proyecto, se impulsa, entre otras cosas, una herramienta para medir las huellas de carbono de salud. Esto permitirá saber cuáles son los puntos del sistema de salud que más generan emisiones y así se podrán enfocar mejor las líneas de trabajo en el futuro.
Una de las acciones concretas es la creación de la Mesa de Salud y Cambio Climático, donde participan diferentes organismos del Ministerio de Neuquén que se reúnen de manera mensual o bimestral. Se materializó a través de una resolución de octubre de 2023 y su misión es «acompañar, consolidar y avalar las propuestas» del plan.
Un punto que tiene el plan es ver cómo optimizar la cadena de algunos insumos, por ejemplo, en su traslado.
Otras de las líneas se vincula con los residuos y su tratamiento, y pensar las estructuras hospitalarias con una perspectiva de ahorro energético.
El plan describe que hay efectos del clima sobre la salud que pueden ser directos, como los eventos meteorológicos extremos, e indirectos, que «se refieren a la incidencia y la distribución geográfica de las enfermedades transmitidas por el agua y alimentos, por vectores y de enfermedades zoonóticas, que pueden verse afectadas por cambios en las condiciones climáticas».
Un ejemplo de esto último en Neuquén es lo que ocurrió con Aedes aegypti, el mosquito transmisor del dengue. En la provincia se monitorea la situación de las poblaciones de esos insectos, desde donde hace varios años se coordinan acciones de vigilancia. Están orientadas a la recolección y registro sistemático de información sobre las poblaciones de insectos vectores, así como la identificación y evaluación de potenciales criaderos de mosquitos, su eliminación y saneamiento.
De acuerdo a esos estudios se evidenció que el mosquito transmisor del dengue pudo reproducirse en la ciudad de Neuquén. Pero hasta el momento no se puede asegurar que esté establecido como parte de la biodiversidad local, según informó la cartera de Salud en enero pasado. Sin embargo, se resaltó que haya podido completar el ciclo no había pasado antes en la provincia.

Cómo se consume energía en el sistema de salud
El funcionamiento sistema de salud implica consumo de energía para usar en transporte, electricidad, calefacción y refrigeración.
También se ejerce un consumo de energía en la cadena de suministros para la fabricación, adquisición, utilización de insumos y eliminación de residuos de los centros y los hospitales.
Las emisiones de gases de efecto invernadero por parte del sector de salud en Argentina se estimaron sobre la base de la relación que existe entre el consumo de energía de un sector y el gasto que se le destina. Representan el 2,07 % del total de las emisiones del país informadas en 2021.
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Investigadores alertan de más incendios en la Patagonia

 


Incendios en la Patagonia andina: por qué los expertos prevén cada vez más fuego

Fecha de Publicación
: 20/02/2024
Fuente: Telam
Provincia/Región: Patagonia


Los especialistas aseguran que podrían multiplicarse varias veces durante los próximos años por acción del cambio climático que generó menos precipitaciones y mayor temperatura.  
La frecuencia de los incendios forestales en la región andinopatagónica de Chile y Argentina, como los que afectan por estos días al Parque Nacional Los Alerces y al brazo Tristeza del Nahuel Huapi, se ha incrementado sensiblemente en las últimas décadas y podrían multiplicarse varias veces durante los próximos años por acción del cambio climático, según especialistas que se dedican a investigar el tema.
Sin embargo, existen miradas complementarias -quizás más "optimistas"- de más corto plazo, que proponen la aplicación de políticas centradas en el manejo de los bosques como recurso para aminorar la propagación de los fuegos.

Las causas
"En las últimas décadas los fuegos se están haciendo de mayor tamaño, de mayor severidad; se produce más mortalidad de árboles, es decir, el fuego es más intenso, y (los incendios) se están produciendo en forma más frecuente", advirtió en diálogo con Télam Thomas Kitzberger, biólogo especializado en Ambiente, Conservación y Sustentabilidad.
El investigador superior del Conicet señaló que "si antes teníamos incendios grandes cada 20 años, ahora estamos teniendo incendios grandes tres o cuatro veces por década, es decir que estamos notando ya ciertas tendencias a que el sistema está cambiando".
Este aumento se da mientras se registran cambios en el clima de la región: "Hay una tendencia en Patagonia Norte de una desecación, una disminución en las precipitaciones desde los últimos 40 o 50 años", junto con marcados "aumentos de la temperatura" como el que se experimenta este verano, en el que el termómetro superó los 35 grados y estableció el 24 de enero un nuevo récord de temperatura para Bariloche.
Junto a esta correlación de factores observables, destacó el especialista, "y como un trabajo de investigación más riguroso", el uso de modelos "entrenados", con información sobre incendios del pasado y proyectados a las condiciones del futuro que predicen los climatólogos, ha arrojado "resultados bastante sorprendentes" por su magnitud.
"Básicamente, lo que nos está diciendo ese modelo es que para mediados del siglo XXI, de acá a 25 o 30 años, las probabilidades de incendios se van a multiplicar por dos o por tres, y para fines del siglo XXI se van a multiplicar por seis o siete", previó.
Según Kitzberger, "hay que comprender cuál es la naturaleza del incendio, que requiere de tres condimentos: uno es la biomasa que debe haber para quemar. El segundo es que tiene que estar la condición climática para que se queme (el combustible tiene que estar seco), y el tercer condimento es que tiene que haber una fuente de ignición".
En los bosques de la Patagonia "tenemos muchísima biomasa ahora, porque hemos pasado períodos de baja cantidad de incendios", mientras que lo que muestra el modelo es que "los combustibles van a estar secos más frecuentemente".
En relación a ese tercer condimento, Kitzberger notó que otra de las consecuencias del cambio climático en la región es el aumento de las tormentas eléctricas y dijo que "cada vez tenemos más cantidad de incendios por rayos".
Sin embargo, aclaró, aún "el 95% de las igniciones son igniciones humanas, que pueden ser accidentales o también pueden ser provocadas", por lo que planteó que "nosotros como una sociedad organizada podemos modificar la ocurrencia de los incendios a través de las igniciones".

Una visión menos pesimista
Esta visión "pesimista" de los incendios de cara al largo plazo se contrarresta de alguna manera con la que plantea el especialista en monitoreo y manejo de bosque nativo Juan Gowda, investigador adjunto del Conicet y compañero de trabajo de Kitzberger en el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (Inibioma).
"Yo soy ingeniero forestal de base y para mí el manejo lo es todo", subrayó Gowda en un reportaje con Télam, y dijo ser "optimista en cuanto a que veo que tenemos el doble bosque que antes y que tenemos las herramientas legales para manejar estos bosques, aunque no las estamos implementando".
La Ley de Bosque Nativo, sancionada en 2007, "permitiría manejar los bosques", a diferencia de simplemente "usarlos": "Manejo es tanto conservación como restauración como extracción", aclaró.
"Si yo dijera 'quiero que estos bosques no se quemen', tengo que empezar a pensar de acá a 100 años cómo hago para bajar su combustibilidad", definió.
Si bien reconoce que la acción temprana de combate del fuego "es lo que mejor viene funcionando hasta ahora, es decir, en cuanto hay un foco ir a apagarlo", según Gowda esta labor "no está complementada por una visión a nivel de sociedad de que tenemos que manejar estos bosques para reducir el riesgo de que se quemen".
En esta línea dijo que hoy en día "no se está haciendo retiro de combustibles como medida de manejo, no hay un plan de manejo del fuego a pesar de que hay una ley de manejo de fuego que apunte a una reducción paulatina del combustible".
Los investigadores coinciden en que la problemática de los incendios es multidimensional, dado que inciden el factor climático, el biológico y el social (este último vinculado a las motivaciones que tienen las personas para prender un incendio o los comportamientos que llevan a producir incendios accidentales).
E incluso, ésta última dimensión es "multivariada", ya que se cruzan desde el aumento exponencial de turistas en zonas boscosas a intereses económicos, pobladores desaprensivos o líneas eléctricas que están en mal estado y que producen chispazos.
Por eso, responsabilizar "al culpable, al que prendió, el que puso el fósforo, es algo muy simplista", señaló Gowda, aunque sostuvo que el rol del ser humano es determinante "en distintas escalas".
En este sentido, puso como ejemplo la duplicación de la superficie boscosa que se produjo por acción del hombre en la zona de Bariloche desde principios de siglo XX, luego de las quemas de árboles que hacían los colonos para extender sus pasturas, acción que llevó a un actual incremento de biomasa o combustible.
"Imagínate si vos vivís en una cajita de fósforos, el problema principal es que vivís en una caja de fósforos", comparó: "Puede ser un pucho, una botella, cualquier otra cosa. Las condiciones están dadas para que se queme".
Por este mismo contexto, Kitzberger pone el foco en "lo que se viene ahora, que es un efecto opuesto: tenemos muchísima biomasa producto de ese aumento de la cantidad de bosques, esa biomasa está bajo cambio climático, está lista para quemarse, tenemos muchas fuentes de ignición, y eso es lo que yo pienso que puede llegar a pasar en el futuro".
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Argentina lider en emisiones de metano

 


Argentina figura entre los países con más emisiones de metano a partir de vertederos con basura

Fecha de Publicación
: 17/02/2024
Fuente: InfoBae
Provincia/Región: Nacional


Se trata de un gas que contribuye al calentamiento de las temperaturas del planeta. Por qué expertos en ambiente consideran que hay que adoptar medidas urgentes
Los gases de efecto invernadero, como el metano, son una fuente importante de preocupación a nivel global. Porque contribuyen al calentamiento global. El metano representa el 16% (en volumen) del total anual de emisiones de efecto invernadero a partir de actividades humanas. Una fuente de emisión del gas metano es la acumulación de basura en vertederos que han aumentado a partir del aumento de la población humana, la industrialización y la urbanización en el mundo.
Se han producido más de 1.000 fugas del potente gas de efecto invernadero metano de los vertederos de residuos desde 2019, según reveló el diario The Guardian.
Lo informó en base a un análisis de los datos de satélites globales de todo el mundo, que hizo una empresa privada Kayrros, dedicada a la inteligencia ambiental.
El análisis señaló que los países más poblados del sur de Asia son un punto caliente para esos eventos de gran emisión de metano, así como también lo son la Argentina y España.
Los vertederos emiten metano cuando los residuos orgánicos, como restos de comida, madera, cartón, papel y restos de jardín, se descomponen en ausencia de oxígeno. El metano atrapa 86 veces más calor en la atmósfera que el dióxido de carbono a lo largo de 20 años.
Un total de 1.256 grandes fugas de metano se produjeron entre enero de 2019 y junio de 2023, según los nuevos datos. Pakistán, India y Bangladesh encabezan la lista de naciones con más fugas de gran tamaño, seguidos de Argentina, Uzbekistán y España, según difundió The Guardian.
Los datos sobre Argentina deberían manejarse con precaución porque el análisis tiene limitaciones, según Nadia Mazzeo, licenciada en ciencias ambientales, especialista en planificación urbana y regional y docente de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires.
“Hay diferentes tipos de vertederos en el mundo. Las directivas del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) los clasifican en cuatro categorías: los vertederos no controlados poco profundos y los profundos, los rellenos sanitarios y los sitios de disposición final sin categoría. En los rellenos sanitarios se hace compactación y se disminuyen los espacios ocupados por aire. De esta manera, los residuos son degradados sin presencia de oxígeno, lo que aumenta las emisiones de metano en comparación con sitios de disposición final en donde el acceso a oxígeno durante la descomposición es mayor”, comentó en diálogo con Infobae.
La especialista afirmó: “No se puede decir hoy que la Argentina sea uno de los mayores emisores de metano a partir de rellenos sanitarios, porque los datos difundidos por Kayrros solo consideran al relleno sanitario que recibe los residuos de toda el Área Metropolitana de Buenos Aires: el Complejo Ambiental Norte III de la CEAMSE. También hay rellenos sanitarios en otras zonas del país”.
De acuerdo con el Ministerio de Capital Humano de la Argentina, hay 41 rellenos sanitarios en el país y 234 basurales. “No se han realizado mediciones como las detalladas por Kayrros en todos los sitios de disposición final”, señaló Mazzeo. “Sí se sabe que sólo el 5 % de las emisiones de gases de efecto invernadero de Argentina corresponden al sector residuos”, añadió.
En diálogo con Infobae, Sergio Federovisky, biólogo y ex viceministro de Ambiente de la Nación hasta diciembre pasado, explicó que “en la Argentina hay un problema de jurisdicción. La responsabilidad de disposición de los residuos está a cargo de los Municipios, y no hay organismo público que se ocupe de medir la cantidad de emisiones de metano a partir de residuos”.
Por lo cual, también opinó que los datos sobre emisiones son limitados. “Nuestro país debería hacer sus mediciones propias sobre las emisiones de metano y tener una política federal de tratamiento de captación, basada en datos”, sostuvo Federovisky.
En la cumbre climática de las Naciones Unidas de 2021, más de 100 países se comprometieron a reducir las emisiones de metano en un 30% para 2030.
La descomposición de los residuos genera alrededor del 20% de las emisiones de metano causadas por el ser humano. La mayor parte procede de la agricultura (aproximadamente el 40%) y los combustibles fósiles (35%).
El presidente de la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA), Carlos Silva Filho, declaró que el objetivo global para 2030 es imposible si no se abordan las emisiones de la industria de residuos.
“Reducir el metano es la única solución para alcanzar el objetivo mundial de 1,5 ºC de temperatura”, afirmó. “Si realmente nos centramos en reducir las emisiones de metano del sector de los residuos, cambiaremos las reglas del juego”, consideró.
Un estudio de científicos de Austria, liderados por Wolfgang Schöpp y colegas, del Programa de Calidad del Aire y Gases de Efecto Invernadero del Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA), y la Universidad de Recursos Naturales y Ciencias de la Vida han afirmado que las emisiones de los vertederos no gestionados podrían duplicarse para el año 2050 a medida que crezca la población urbana, echando por tierra la posibilidad de evitar una catástrofe climática.
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Los pastizales patagónicos frente al cambio climático

 


Los pastizales patagónicos frente al cambio climático: estrategias para preservar la economía y la biodiversidad

Fecha de Publicación
: 17/02/2024
Fuente: elDiarioAR
Provincia/Región: Patagonia


Especialistas y productores constatan una fuerte tendencia a la degradación y desertificación, que podría empeorar en el futuro. ¿Es posible sostener la actividad productiva y proteger los servicios ecosistémicos de estos ambientes?
Por su fisonomía, clima, flora, fauna, cultura, poblaciones, historia y recursos, Patagonia representa un rompecabezas que el tiempo replantea una y otra vez, antes de que pueda completarse. Territorio fascinante, de aproximadamente 770.000 km2, es solo una unidad en tanto concentra múltiples piezas: cada una, vector de una compleja heterogeneidad en movimiento.
Sus agitados vientos trasladan la mirada más allá de la postal. En este caso, al espacio extraandino, delimitado hacia el oeste por los bosques húmedos y al este por el Océano Atlántico, donde se encuentra la ecorregión comúnmente denominada como “pastizales patagónicos”.
Las lluvias pueden ser de 600 o 700 milímetros al año (como en el caso de los pastizales extraandinos de precordillera); o de 120 milímetros (como ocurre en la meseta central). La pluralidad de reguladores climáticos (y de la vegetación que responde a estos) es innegable. Pero, de conjunto, se impone la aridez.
Como el agua y los nutrientes disponibles no son suficientes, hay áreas semidescubiertas y despobladas. A lo largo de kilómetros de estepa abrumadora –donde también se emplazan mallines o humedales con buena calidad y cantidad de forraje–, conviven salpicados, personas, pueblos, animales salvajes y domésticos; topografías variadas; naturaleza y sociedad.
Los pastizales naturales ocupan casi 60% del territorio continental argentino y 50% de la superficie mundial. Muchos profesionales en el país se dedican a estudiarlos. Sin ir más lejos, existe una Asociación Argentina para el Manejo de Pastizales Naturales y en 2011 Rosario fue sede de la novena reunión internacional de pastizales (la International Rangeland Congress).
Estos poseen una importante significancia medioambiental y económica. Por un lado, secuestran grandes cantidades de dióxido de carbono y otros gases propios del efecto invernadero, a la vez que mantienen a numerosas especies. Por otro lado, en Patagonia, son escenario para la producción agropecuaria extensiva, de la cual dependen diversos actores.
El cambio climático ha hecho mella sobre este paisaje. “Durante las últimas dos décadas hemos detectado cambios, por una combinación de mayores temperaturas (que contribuyen a una mayor evapotranspiración), menores precipitaciones y un pastoreo histórico intenso”, explica Gastón Oñatibia. Él es doctor en Ciencias Agropecuarias, especialista en pastizales y pastoreo. Desde hace años, integra el Instituto de Investigaciones Fisiológicas y Ecológicas Vinculadas a la Agricultura (IFEVA), de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires.
La“aridificación” –que afecta especialmente a la zona central de Patagonia– conlleva verdaderos procesos de degradación: impacta sobre la fauna nativa, el forraje, la productividad secundaria y el bienestar de las familias. En este marco, científicos, técnicos y productores persiguen prácticas favorables a la (sinérgica) continuidad de la actividad y la preservación del ecosistema. En palabras de la doctora en Biología Agustina de Virgilio se trata de buscar un “conector entre la ecología y la economía”, con eje en la sustentabilidad.

Futuro imperfecto
¿En qué escenario de cambio climático estamos y hacia dónde vamos? Los especialistas se valen de múltiples herramientas de medición para intentar dar respuesta a esta pregunta, como sensores remotos, las tradicionales planchetas topográficas y los mapas de vegetación.  
 Desde 2008, la red MARAS (Monitoreo Ambiental en Regiones Áridas y Semiáridas) evalúa los cambios a mediano y largo plazo de las condiciones del suelo y vegetación de los pastizales naturales en la Patagonia argentina. Actualmente, se emplazaron más de 400 monitores.
De acuerdo con Oñatibia, debido a la propia diversidad del pastizal y cómo impacta sobre cada lugar el cambio climático, se esperan distintos pronósticos a futuro. Contrario a lo que pasa en la diagonal del Noroeste de la Patagonia hasta el Sudeste –donde se profundizaría la aridificación–, “hay otras zonas en el Sudoeste y en el Noreste donde se cree que las precipitaciones aumentarían aunque también se incremente la temperatura, por lo cual crecería la abundancia de pastos”.
Lucio Biancari, doctor en Ciencias Agropecuarias y miembro de IFEVA, subraya que ya se ven cambios ecológicos y productivos, aunque son paulatinos. La manera de registrarlos es con experimentos a largo plazo.
Los estudiosos han notado que parte de la vegetación ha sido reemplazada por especies más duras y xerofíticas –es decir, adaptadas a medios secos–, al igual que un proceso de arbustización en detrimento del forraje en zonas áridas.
“Los pastos, en general, necesitan del agua en superficie. En cambio, los arbustos tienen raíces más hondas; se pueden valer del agua en profundidad y no dependen tanto de las precipitaciones en el corto plazo o de las variaciones de temperatura”, amplía Biancari.
Las consecuencias sobre el ecosistema y la producción son grandes. Más aún si se suma, como señala el especialista, el recambio de especies de pastos. Este fenómeno, menos notable a simple vista, resulta de la combinación de aridez y las altas cargas que padeció el suelo en el pasado.
Hay un gradiente de preferencias: especies que el ganado –en el caso de la estepa patagónica, ovejas y vacas– evita, lo cual puede llevarlo a la muerte. Las especies palatables (elegidas por el ganado) están perdiendo lugar frente a arbustos y pastos de mala calidad, que no sirven para el forraje.
El mal manejo de recursos, por desconocimiento, necesidad u otras razones ha llevado, además, a invasiones biológicas documentadas en Patagonia. Desde el avance de la rosa mosqueta, el bromus tectorum (conocido como “cheatgrass”) en zonas más áridas; o de hieracium pilosella en Patagonia Austral.
Pablo Cipriotti, ingeniero agrónomo y doctor en Ciencias Agropecuarias, destaca que en los pastizales patagónicos conviven “configuraciones muy disímiles en composición, resiliencia, capacidad de afrontar un disturbio e historia”. Bajo esta lente propone leer la huella del cambio climático (cuya propia medición también depende de las técnicas, metodologías y niveles de detección).
“Es cierto que, durante las últimas cuatro o cinco campañas agrícolas hubo un ciclo seco. La zona norte de Tierra del Fuego, relativamente benévola, tuvo precipitaciones por debajo de la media, lo cual genera preocupaciones. Pero, por otro lado, la isla grande de Tierra del Fuego se inundó. En Chubut se vio una alternancia de ciclos húmedos y ciclos secos. Quizás ahora estemos atravesando un ciclo seco. No se puede saber si la mayor sequía de los últimos años se va a sostener a futuro”, sintetiza Cipriotti.  
 El científico remarca que los modelos muestran una tendencia a un aumento leve de la temperatura media. Respecto a las precipitaciones, distingue una mayor incertidumbre, contingente, a su vez, a las proyecciones de emisiones de los gases de efecto invernadero.
“Hay áreas de Patagonia donde los cambios son muy pequeños y otras donde son un poco más grandes. Dicho esto, no está mal que, previendo esta situación, los gestores, los decisores y los que intervienen en estos temas traten de generar tecnología para estar atentos a esta situación”, concluye.

Víctimas del cambio climático y batalladores del efecto invernadero
Los pastizales no solo proveen forraje, sino una gran cantidad de servicios ecosistémicos. El más conocido, por la urgencia del problema que ataca, es la captura de carbono, uno de los principales gases del efecto invernadero, ligado al calentamiento global y al cambio climático. Si hay degradación del ambiente, hay menos secuestro de carbono; si esto ocurre, habrá más carbono en la atmósfera.
Aquí surge un tema central: si se efectúa un buen manejo del suelo, aumenta la productividad, pero también este rol ecológico fundamental; caso contrario, ambas cuestiones se ven perjudicadas. Esta particularidad patagónica, dilucida el experto, no ocurre en todos los ecosistemas.
“Se genera una especie de círculo vicioso o feedback, en jerga científica. En otras palabras, una retroalimentación positiva, donde se dan distintos procesos en simultáneo: disponibilidad de forraje, secuestro de carbono, regulación en el ciclo del agua, control de la erosión eólica en el caso de Patagonia y aumento de fertilidad (ya que, a mayor cobertura, más nitrógeno queda retenido)”, se explaya Biancari. Las cargas de ganado son clave: tanto el exceso como la falta de animales tiene un impacto negativo en este desarrollo.
El pastoreo excesivo implica que el carbono fijado sea consumido y vuelva a entrar en el ciclo, en vez de quedar retenido en la biomasa. El cambio climático, nuevamente, muestra sus garras. Si se consolida la transición hacia sistemas más secos, probablemente la captura será menor, por la menor cobertura de pastos y arbustos.  
Pero, ¿qué sucede con el impacto de la actividad ganadera sobre el efecto invernadero? “En general, esa pregunta está pensada para otro tipo de sistemas, como los feedlots y las formas de producción pampeanas. En sistemas más intensivos, los efectos negativos (como la liberación de gas metano) suelen ser más importantes que los positivos”, contesta Biancari.
El contexto de Patagonia es muy distinto a la Pampa, aunque –insiste el doctor– siempre depende de la composición del ganado, el tipo de manejo y la carga. Cuando es moderada y hay descansos para el suelo, los animales incluso pueden contribuir a la movilización de los nutrientes (como el nitrógeno y el fósforo) y aumentar la fertilidad.  

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Santa Fe: alerta por estado de lagunas ante la crisis climática

 


Cambio climático: la situación de las lagunas del sur santafesino pone en riesgo la diversidad de ecosistemas

Fecha de Publicación
: 16/02/2024
Fuente: El Litoral
Provincia/Región: Santa Fe


Las escasas precipitaciones y las altas temperaturas son algunos de los factores por los que los paisajes del sur de santa Fe y sus alrededores fueron cambiando. Las lagunas como Melincué y La Picasa y el Chañar, en Teodelina, se ven notoriamente reducidas, afectando profundamente los ecosistemas de estos lugares.
Las lagunas del sur santafesino y del norte bonaerense enfrentan una crisis sin precedentes. Melincué, La Picasa y laguna “El Chañar” (Teodelina), así como la laguna de “Gómez”, en Junín, sufren las consecuencias de una prolongada sequía que ha transformado radicalmente sus paisajes y amenaza gravemente su biodiversidad.

Trágica evolución de la laguna de Melincué
En el caso de Melincué, el humedal declarado sitio Ramsar por su gran diversidad de especies, atraviesa una drástica disminución en su volumen.
Armando Senese, vecino de la cabecera del departamento General López y gran conocedor del lugar, consultado por este medio, relató con pesar esa realidad, con una merma marcada que se viene acentuando desde el año 2018.
Inicialmente, el descenso del nivel del agua desde las inundaciones provocadas por lluvias intensas en 2017, donde el agua llegó hasta el centro del casco urbano, parecía un respiro para la comunidad. Sin embargo, la sequía prolongada que siguió pronto hizo evidente que la situación sería más que preocupante, esta vez a la inversa.
Según Senese, la laguna de Melincué, antes expansiva y vital, ha perdido aproximadamente el 90% de su extensión original. Lo que alguna vez fueron 30.000 hectáreas de espejo de agua, ahora se reducen a tan solo 3.000 hectáreas. La profundidad también ha disminuido significativamente, con el lecho de la laguna ahora cubierto por una gruesa capa de sedimento y lodo. Este cambio no solo ha afectado el aspecto estético de la laguna, sino que también representa un riesgo para quienes la visitan, especialmente los pescadores y los entusiastas de los deportes acuáticos.
El impacto ambiental de esta crisis es igualmente preocupante. La laguna de Melincué es un humedal que alberga una gran variedad de especies de aves migratorias. Sin embargo, la disminución del agua y la degradación del hábitat amenazan con interrumpir este ciclo migratorio y poner en peligro la diversidad biológica de la región.
“Tengo un plano realizado en 1850 y aprobado por la provincia de Santa Fe, donde figura que en un principio eran tres lagunas. Hoy, desde el aire, se nota claramente que eran tres, separadas por una gran isla denominada “de los Conejos” y, si la situación se sigue profundizando, quedará nuevamente dividida en tres espejos de agua: la laguna chiquita, que está frente al fuerte, que es de agua dulce, y las dos lagunas grandes que son de agua salada que, dicho sea de paso, perdió mucho de lo que tenía naturalmente o antiguamente a causa del bombeo o por el ingreso de agua dulce.”, informó Senese.
“En el lugar más profundo –añadió- ahora tenemos un metro y medio de agua, con medio metro o más de barro o sedimento pegajoso, peligrosísimo para todos, sobre todo los pescadores que se meten en bote, kayak o con botas”.
Además, Senese remarcó que “atrás del hotel el agua se corrió unos 80, 100 metros donde está el Náutico Viejo, dentro de la isla del hotel, se corrió como 180 metros, y por un largo tramo hay 10 o 15 centímetros de agua con medio metro de barro abajo; es preocupante”.
“Otra cosa grave, -agregó el vecino de Melincué - es que la laguna es un humedal, y ahí transitan muchas especies de aves que tienen destino a Canadá, Estados Unidos, u otros lugares a gran distancia y se va destruyendo el hábitat, por ende, van a dejar de venir, como dejaron de venir los flamencos, por ejemplo, que ahora llegan en poca cantidad con respecto a los 2.000, 3.000 que venían en los años 90. Me acuerdo bien que estaba todo rosado el fondo de la laguna, inclusive estaban los nidos, cosa que ya no ocurre”.

La Picasa: una realidad similar en agua dulce
La situación no es muy diferente en la laguna de La Picasa. Ángel Borrello, productor agropecuario y miembro de la Comisión de Asuntos Hídricos de Carsfe, describió una escena desoladora. A pesar de los esfuerzos de conservación, la laguna ha continuado disminuyendo su nivel de agua, alcanzando niveles que amenazan su existencia misma.
La situación es muy diferente a la de meses atrás, donde se advertía sobre la posibilidad de nuevos desbordes de la cuenca, como ocurrió años atrás, donde el agua cortó la ruta 7 y provocó serios inconvenientes en la zona.
En la actualidad Borrello señala que, mientras otras lagunas en la región se han secado por completo, como la de “Gómez”, en Junín, La Picasa todavía mantiene algo de agua, aunque en cantidades mínimas. La situación se atribuye a la falta de políticas efectivas de gestión del agua, tanto aguas arriba como aguas abajo de la laguna. La ausencia de un enfoque integral para la conservación de los recursos hídricos ha dejado a La Picasa vulnerable a los impactos negativos del cambio climático y la actividad humana descontrolada.
“Con semejante sequía y altas temperaturas, el agua ha seguido bajando, y hoy se debe estar aproximando a la cota 101.60 (llegó a estar en 106). Hay aproximadamente unas 21.000 hectáreas dentro del espejo de agua”, reflejó Borrello, añadiendo que “es un fenómeno que tenía que ocurrir, de hecho, están todas las lagunas secas, o con muy poca agua, excepto La Picasa. Aguas abajo de La Picasa, el sistema sigue con “Gómez” y “Carpincho”, que están absolutamente secas las dos, de manera tal que la situación sigue siendo la misma”.
En cuanto a lo estructural, “está todo mal hecho aguas arriba y no hay nada hecho como corresponde aguas abajo, por eso La Picasa o Reservorio 8 se mantiene con agua y aguas abajo se ha secado todo”, afirmó.
“El niño no existió, no hemos tenido las lluvias puntuales, torrenciales en cortos periodos de tiempo que sí hubo en otros lugares, sino estaríamos hablando de otra cosa, pero en concreto, como siempre, la laguna baja cuando no llueve y ahí seca y crece de acuerdo a la magnitud de las lluvias sobre la laguna y en la alta cuenca con la diversidad de canales alimentadores que tiene”.

La de Gómez ya no existe
Por otro lado, el panorama en la laguna de “Gòmez”, en la ciudad de Junín, en el norte bonaerense, es desolador. En consonancia con lo que ocurre en los espejos de agua de la región, la situación en ese lugar es grave, y el espejo de agua que en su momento fue un gran atractivo por la pesca deportiva, deportes acuáticos y avistamiento de especies de aves, hoy es un desierto.
Esta laguna, que ocupa una superficie de alrededor de 6000 hectáreas, recibió, según los expertos, un 50% menos de agua proveniente de precipitaciones durante los últimos años.
Cabe destacar que la Laguna de Gómez, a través del río Salado, se encuentra integrada a otras lagunas como Mar Chiquita, Carpincho y Los Patos.

También en Teodelina
Por su parte, la laguna “El Chañar”, en Teodelina, no escapa a la realidad. En ese lugar también se experimenta una importante disminución en el caudal de agua, lo que llevó al Municipio local a emitir un comunicado, advirtiendo sobre los peligros que representa.
De esta manera, a través de un comunicado, el gobierno de Teodelina informó que “no se responsabiliza por daños, lesiones y/o accidentes ocasionados por navegaciones de embarcaciones con motor en Laguna "El Chañar", debido a la falta de caudal de agua”.
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Patagonia bajo fuego

 


Por qué los incendios en la Patagonia serán cada vez más frecuentes por el cambio climático

Fecha de Publicación
: 07/02/2024
Fuente: InfoBae
Provincia/Región: Patagonia


Científicos del Conicet pronosticaron que los denominados incendios de vegetación podrían duplicarse en los próximos años. Por qué se propagó el fuego en el Parque Nacional Los Alerces, en Chubut
Desde el 25 de enero, empezó un incendio en el Parque Nacional Los Alerces, en Chubut. Se inició en la zona de Bahía Rosales, y se fue expandiendo hasta afectar más de 3.100 hectáreas de bosque nativo, matorral y pastizal.
La causa del incendio fue intencional, según el Servicio Provincial de Manejo del Fuego.
El Parque está declarado Patrimonio Mundial de la Unesco y ocupa una superficie de 263.000 hectáreas. Durante los últimos años, la zona viene sufriendo incendios más intensos y que abarcan más superficies, y ya hay un pronóstico que la situación podría empeorar, si no se toman medidas de prevención en el futuro.
Qué puede ocurrir con los incendios de vegetación en Patagonia
Un equipo del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (Inibioma), que depende del Conicet y la Universidad Nacional del Comahue, desarrolló un algoritmo de aprendizaje artificial denominado Random Forest, que permite calcular la probabilidad de incendios en el futuro y la vulnerabilidad de los bosques.
Tuvieron en cuenta los efectos de la emisión de gases de invernadero asociados al cambio climático generado por actividades humanas, según contaron en el estudio publicado en la revista Science of the Total Environment.
Con esa herramienta, Thomas Kitzberger, Juan Paritsis y un equipo de colaboradores identificaron que bajo los escenarios climáticos más pesimistas, el modelo estima que la probabilidad histórica de incendios se duplicará o triplicará para mediados de siglo XXI.
Mientras que para fines de siglo, la probabilidad de incendios será entre siete y ocho veces mayor a la histórica. Aún para escenarios de emisión de gases de invernadero más plausibles, el modelo predice una duplicación de los incendios para mitad de siglo y una triplicación o cuadruplicación al terminar el siglo XXI.
Para hacer el pronóstico los investigadores elaboraron un modelo que relaciona la ocurrencia de incendios históricos en la Patagonia andina con variables biofísicas, antrópicas y meteorológicas históricas que influyeron en ignición y propagación de los fuegos.
Luego ingresaron datos de proyecciones de condiciones meteorológicas bajo diversos escenarios de emisión de gases de efecto invernadero, que causan el calentamiento global.

Cómo el cambio climático sube la ocurrencia de incendios en Patagonia
“Evaluamos la cantidad de incendios en la zona y la variabilidad climática, que incluye cambios en temperatura y lluvias, entre otros parámetros. La herramienta nos permitió predecir cuál será la probabilidad de incendios en relación al clima del futuro”, afirmó el doctor Paritsis, en diálogo con Infobae.
“Como hay altas probabilidades de que aumente la temperatura y se reduzcan las lluvias en esta región durante los próximos años. Eso hará que crezca la probabilidad de que se produzcan más incendios de vegetación”, señaló. Todo depende de las negociaciones climáticas en marcha a nivel global. Si se redujeran los gases de efecto invernadero, el escenario para los bosques de Patagonia podría ser mejor”, aclaró Paritsis.
El científico subrayó que hoy se necesita mejorar las acciones de prevención, incluyendo la educación de la población y la planificación del uso de la tierra. “La población -incluyendo tanto a los residentes como a los turistas- debería ser consciente del riesgo de incendio si vive en zonas muy cercanas a la vegetación”, agregó.

Qué pasó por el incendio en el Parque Nacional Los Alerces
El incendio forestal en el Parque Nacional Los Alerces y campos privados se mantiene activo desde hace más de diez días y ya consumió 3147 hectáreas de bosque nativo. Están trabajando de manera coordinada brigadistas de la provincia de Chubut, otras jurisdicciones y del Sistema Federal de Manejo del Fuego, con el uso de pronosticadores meteorológicos.
Consultado por Infobae, el doctor Guillermo Defossé, secretario de ciencia y tecnología de Chubut e investigador del Conicet en incendios de vegetación, comentó: “En la zona del Parque Nacional había acumulación de mucha biomasa. Aparentemente de manera intencional, se iniciaron 2 focos de incendios por la noche. Está bajo investigación”.
Supuestamente, los 2 focos se propagaron y se unieron en un solo foco. No fueron atacados rápidamente porque ocurrieron de noche. Los días siguientes hubo mucho viento cálido, que favoreció que el fuego vaya propagándose y entró en campos privados.
“Se pusieron los recursos necesarios para apagar el incendio, incluyendo más de 200 brigadistas, pero no ayudaron las condiciones meteorológicas. Hubo un día y medio que los aviones y los helicópteros no pudieron trabajar porque había mucho viento. Es decir, se trata de un incendio difícil de controlar por las condiciones ambientales, en especial el viento y las altas temperaturas”, comentó el doctor Defossé.
También hubo otros factores que influyen. Según Paritsis, los fenómenos de El Niño y la Oscilación Antártica influyen en las condiciones meteorológicas de Patagonia Norte.

Más Información:

- Página 12. Patagonia en llamas: los diferentes tipos de incendios forestales y su impacto en el medio ambiente
Zonas de Argentina y Chile arden desde hace días en medio de una ola de calor que agrava la situación. Cómo se pueden clasificar los incendios forestales y cuáles son las consecuencias.

- Diario Río Negro. Bariloche y el incendio en el parque Nahuel Huapi: ya son 400 las hectáreas afectadas
El incendio en el brazo Tristeza del parque nacional Nahuel Huapi sigue activo. Esta mañana, el Gobierno de Río Negro envió un comunicado para contar cuál es la situación este martes en el siniestro que se encuentra cerca de Bariloche. Además, aclararon que no hay colectas iniciadas y que la calidad del agua no está afectada por las cenizas.

- El Patagónico. El incendio en Nahuel Huapi habría iniciado por un fogón mal apagado
"Nuestra hipótesis es que el fuego fue originado por un fogón que no habría sido apagado adecuadamente en un lugar en el que está prohibido hacer fuego. Es por eso que estamos desplegando recursos humanos todo Parques Nacionales, brigadistas, guardaparques, SPLIF y agentes operativos. El acceso solo lo podemos hacer por agua, por eso restringido para liberar la zona de acceso", comentó Paradela.

- ADN Sur. El incendio en Los Alerces no se detiene: casi 7 mil hectáreas de bosque quemadas
Hay un alerta por fuertes vientos que superarían los 100 km/h para la tarde de este martes que podrían afectar el combate. Se trabaja arduamente para evitar que el fuego avance hacia zonas rurales.
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Cinco enfermedades tropicales que preocupan en la Argentina

 


Cinco enfermedades tropicales con consecuencias devastadoras sobre las que advirtió la OMS y preocupan en la Argentina

Fecha de Publicación
: 01/02/2024
Fuente: InfoBae
Provincia/Región: Nacional


Se trata de un grupo de patologías causadas por virus, bacterias, parásitos y hongos, entre otros patógenos, y afectan principalmente a personas de países en desarrollo
Las enfermedades tropicales desatendidas (ETD) son un grupo heterogéneo de 20 patologías prevalentes, principalmente, en áreas tropicales, que afectan a más de mil millones de personas pertenecientes a comunidades empobrecidas en todo el mundo.
Causadas por diversos agentes patógenos, como virus, bacterias, parásitos, hongos y toxinas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció el 30 de enero como el Día Mundial de las Enfermedades Tropicales Desatendidas para concientizar sobre las consecuencias devastadoras que éstas generan en el ámbito social, económico y de salud a nivel global.
De las ETD que lista la OMS, muchas de ellas se encuentran presentes en Argentina.
“Las enfermedades tropicales negligenciadas u olvidadas tienen un máximo de expresión, por morbilidad, mortalidad, incidencia y prevalencia, en los trópicos y subtrópicos, pero en muchas partes del mundo se derraman sobre las regiones templadas”, analizó el médico infectólogo tropicalista, ex Jefe de Medicina Tropical y Medicina del Viajero del Hospital Muñiz y miembro del Comité Científico de la Fundación Mundo Sano, Tomás Orduna, para quien “pese a que hace unos 25 años comenzó a hablarse de este grupo de enfermedades, para muchas de ellas no se han tenido avances para combatirlas, en términos de métodos de prevención o tratamientos”.
Bien sabidas son las consecuencias del cambio climático en lo que estrictamente al clima se refiere: las olas de calor y de frío, los deshielos y los incendios forestales producto del calentamiento global son moneda corriente en todo el mundo.
Sin embargo, ahora los expertos alertan acerca de que los efectos ya no sólo se limitarán a los fenómenos extremos sino que, además, se producirá un agravamiento en más de la mitad de las enfermedades patógenas humanas conocidas hasta el momento, entre ellas muchas de las llamadas “tropicales desatendidas”.

Cuáles son las cinco que preocupan en Argentina

Dengue
Si bien desde noviembre del año pasado se encuentra disponible en Argentina la vacuna tetravalente contra el dengue, que está indicada para personas a partir de los cuatro años, de acuerdo con el Boletín Epidemiológico Nacional del Ministerio de Salud, en 2023 se registraron en el país 139.946 casos de dengue y en 18 provincias hubo casos autóctonos.
“Junto con la movilidad global y la urbanización, el cambio climático es el mayor responsable del aumento de las infecciones de dengue”, señaló un reciente reporte publicado en The Lancet.
Al respecto, Orduna señaló que entre las “dos últimas semanas del 2023 y las dos primeras del 2024, ya hay en Argentina 11.000 casos de dengue en el noroeste, casi la mitad de ellos en Chaco y el resto distribuido entre Formosa, Corrientes y Misiones”.
Y tras agregar que “no hay tratamientos farmacológicos contra el dengue, lo cual es un nicho que debe ser investigado”, explicó que a los pacientes que tienen esta enfermedad y presentan síntomas, sólo se les pueden dar “medidas de soporte”.

Chikungunya
Argentina y toda la región de las Américas no sólo ha sido golpeada dramáticamente por el dengue. Otro patógeno, que también se transmite por la picaduras de hembras de mosquitos de la especie Aedes aegypti, se ha expandido territorialmente: el virus que causa la fiebre chikungunya.
Según explicó en un reciente artículo el doctor William de Souza, de la Universidad de Kentucky, en los Estados Unidos, el cambio climático también influyó en que haya más áreas con presencia de los mosquitos que pueden transmitir el virus.
“La epidemia en la Argentina, como en el resto de América, probablemente ocurrió porque los viajeros infectados que regresaban a casa iniciaron brotes al transmitir el virus a personas susceptibles. Además, el aumento de las temperaturas debido al cambio climático, como el del año pasado, puede crear condiciones aún más adecuadas para los vectores y la transmisión viral”, remarcó el científico.

Enfermedad de Chagas
Se trata de una patología presente en Argentina, principalmente en zonas rurales. La vinchuca, insecto transmisor de la enfermedad, encuentra en las viviendas precarias un ámbito que facilita su desarrollo.
“Asociada a la pobreza extrema y endémica en 21 países de América Latina, la enfermedad de Chagas afecta aproximadamente a 8 millones de personas en el mundo, de las cuales 1,2 millones son mujeres en edad fértil”, indican desde la Fundación Mundo Sano. Según la OMS, más del 95% de ellos desconocen su estado.
En el país existen alrededor de 1.500.000 habitantes crónicamente infectados. Además, existen 7 millones de personas en riesgo de estarlo y se estima que 1300 bebés nacen con la enfermedad anualmente.
Y si bien una persona puede contagiarse en cualquier momento, el grupo de mayor riesgo es el de niños menores de 10 años que habitan en zonas no tratadas con insecticidas. “También resulta preocupante que muchas provincias con presencia histórica del vector tengan porcentajes bajos de estudios a las mujeres gestantes”, había advertido a Infobae la doctora Cristina Freuler (MN 58098), Jefa del Departamento de Medicina Interna, Hospital Alemán.

Lepra
Es otra de las ETD presentes en Argentina. Se trata de una de las enfermedades infecciosas más antiguas, y si bien existe un tratamiento efectivo que mata a la bacteria que causa la infección, cura al paciente y detiene la transmisión, más de 174.000 personas en el mundo fueron diagnosticadas con la infección causada por la bacteria Mycobacterium leprae o Bacilo de Hansen, durante 2022.
Según el último reporte anual de la OMS, dentro de ese total, más de 21.000 residen en América. Esa cifra de 2022 implicó un aumento del 23,8% de los casos en relación al año anterior. Significa que hay 21 casos de lepra por cada millón de habitantes en el mundo.
En la Argentina, durante 2021, se registraron 357 personas en tratamiento por lepra, de los cuales 143 casos eran nuevos, representando una tasa de detección de 0,07 por 10.000 habitantes. Con estos datos se alcanzó la meta de eliminación a nivel nacional (menos de 1 caso por 10 mil habitantes).
Sin embargo, aún existen bolsones epidemiológicos en los que esa meta no se alcanza todos los años. “Tenemos áreas endémicas donde es menester el trabajo activo de búsqueda de pacientes para detectar casos de lepra y ofrecer tratamiento para la misma, principalmente en el Nordeste: Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones, porque la lepra se cura”, afirmó Orduna.

Rabia
La enfermedad vírica prevenible que se transmite al ser humano por la mordedura de un animal infectado, por lo general un perro, “es mortal una vez que aparecen los síntomas”, según Orduna.
Y pese a que se conocía desde la Antigüedad, aún existe y causa 59.000 muertes de seres humanos al año en más de 150 países. Aunque por falta de notificación y la incertidumbre de las estimaciones, la OMS reconoce que esa cifra puede estar muy por debajo de la realidad.
En América Latina hubo 17 muertes por rabia entre el año pasado y los meses transcurridos en 2023, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Pero hay esperanza en que la situación podría mejorar.
Un conjunto de organismos internacionales como OMS, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Alianza Global para el Control de la Rabia han unido sus fuerzas y persiguen la meta de llevar a cero los casos de rabia en humanos provocados por mordeduras de perros para el año 2030.
“En Argentina, tenemos controlado el tema rabia -aseguró Orduna-. La eliminamos en perros y gatos en el país. El problema hoy es una rabia de difícil control, que está asociada a los murciélagos, ya que el 3% de estos animales portan virus rábico”.
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Dengue, cambio climático y la necesidad de prevenir

 


Dengue: por qué las olas de calor y el cambio climático favorecen la proliferación del mosquito

Fecha de Publicación: 29/01/2024
Fuente: Ambito
Provincia/Región: Nacional


En los últimos meses han aumentado los casos de dengue en el país. Las olas de calor combinadas con el cambio climático pueden afectar la epidemiología.
En medio de los aumentos de casos de dengue en Argentina, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ha emitido varias alertas por calor y temperaturas extremas en varias provincias. En ese contexto, han advertido sobre la combinación de este fenómeno junto al cambio climático, los cuales pueden afectar en la proliferación del mosquito.
Según informó el Ministerio de Salud de la Nación, el país los contagios por dengue ya superan los 22.000. Además, murieron 10 personas en Corrientes y otras 8 en Misiones.
Para entender esto, desde la página oficial del Gobierno de la Ciudad Buenos Aires explican qué es el cambio climático y una ola de calor. En el primer caso, se trata de las alteraciones a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos.
Algunos de los efectos contraproducentes de esto son: incremento en las temperaturas medias globales, variación en la frecuencia e intensidad de las olas de calor y modificaciones en los regímenes pluviales.
En cuanto a las olas de calor, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) las define como "cuando las temperaturas mínimas superan los 22°C y las máximas los 32°C durante al menos 3 días consecutivos". Según indican, esto puede ocasionar dolores de cabeza, deshidratación, agotamiento, mareos y náuseas, presión baja y elevada temperatura corporal, siendo las personas mayores el grupo etario de mayor riesgo.
De esta manera, el cambio climático y las olas de calor favorecen las condiciones para el desarrollo e incremento en la población de mosquitos. Según el sitio oficial del Gobierno bonaerense, esto sucede debido a que "la alteración en los patrones de lluvias y temperatura, beneficia el ciclo de vida y la relación directa de los mosquitos con el virus".
En este sentido, estos dos fenómenos pueden afectar la epidemiología del dengue ya que terminan creando condiciones más propicias para la reproducción del mosquito y la propagación del virus.

Aumento de casos de dengue: recomendaciones para afrontar las olas de calor
Desde el Ministerio Sustentable, brindaron una serie de recomendaciones para atravesar la ola de calor y evitar la propagación del mosquito:
- Vaciar y poner boca abajo recipientes en desuso.
- Colocar mosquiteros en las aberturas.
- Pasar a tierra las plantas que se encuentren en agua.
- Utilizar repelente (protección entre 4 y 6 hs luego de la aplicación).
- De presentar síntomas (fiebre, dolor corporal, dolor articular, sarpullido, cefalea, dolor retroocular) consultar en un centro de salud.
- Hidratarse, tomar agua con mayor frecuencia.
- Evitar bebidas con cafeína o con azúcar en exceso, muy frías o muy calientes.
- Incorporar frutas y verduras a tu alimentación y evitar las comidas abundantes.
- Evitar realizar actividad física intensa y exponerte al sol en las horas de mayor temperatura.
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Pingüinos de Argentina cada vez más complicados

 


Cambio climático, contaminación y pesca, causas de impacto en la conservación de pingüinos

Fecha de Publicación
: 24/01/2024
Fuente: Télam
Provincia/Región: Nacional


En Argentina, más de un millón de parejas de pingüinos de Magallanes se encuentran en 71 colonias a lo largo de 4.500 kilómetros de la costa. El pingüino de penacho amarillo es una especie considerada "en peligro" en el territorio nacional.  
El cambio climático, la contaminación, los efectos negativos de la pesqueria y la degradación del hábitat son las principales causas que impactan en la conservación de los pingüinos en Argentina, una especie estratégica para el funcionamiento de los ecosistemas marítimos, indicaron este viernes especialistas con motivo del Día de la Concientización por los Pingüinos que se celebra este sábado.
En Argentina, más de un millón de parejas de pingüinos de Magallanes se encuentran en 71 colonias a lo largo de 4.500 kilómetros de la costa, según datos de la Sociedad Global de Pingüinos (GPS, por sus siglas en inglés).
Los pingüinos son aves longevas que viven aproximadamente entre 30 y 35 años, y en las costas argentinas se pueden encontrar tres especies: el pingüino de Magallanes (Spheniscus magellanicus), el pingüino Penacho Amarillo (Eudyptes chrysocome) y el pingüino Papúa (Pygoscelis papua).
Entre ellos, el pingüino de penacho amarillo es una especie considerada "en peligro" en el territorio argentino, mientras que a nivel mundial está categorizada como "vulnerable" por la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) debido a su tendencia poblacional decreciente.
Conocidos por una tendencia "monógama" a la hora de reproducirse (que excepcionalmente ocurre durante toda su vida) en épocas migratorias esta especie de ave es capaz de recorrer miles de kilómetros buceando desde el sur patagónico hasta las costas bonaerense, uruguaya e incluso alcanzar el sur de Brasil.
"Los pingüinos son una parte importante de nuestro ecosistema marítimo, ya que la protección y conservación en buen estado de sus poblaciones contribuye a un buen estado de salud de nuestro mar", aseguró en diálogo con Télam el doctor en Ciencias Biológicas e investigador del Conicet Esteban Frere.
En este sentido, destacó que los pingüinos son una especie estratégica ya que, al ocupar toda la plataforma marítima argentina, "consumen muchas especies diferentes de peces y crustáceos y son una parte muy importante del funcionamiento del sistema marítimo".
El investigador asociado de WCS Argentina agregó que también "funcionan como nuestro centinela y evaluadores del estado del mar".
Hasta mediados de los años 90, alrededor de 40.000 pingüinos de Magallanes morían por año debido a la contaminación en el mar, consignó Wildlife Conservation Society (WCS) Argentina.
Si bien estos números disminuyeron a raíz de mejoras en las legislaciones, actualmente "enfrentan múltiples amenazas que comprometen su supervivencia", señaló el doctor en Biología e investigador del Conicet Pablo García Borboroglu.
Borboroglu -quien en 2023 se convirtió en el primer latinoamericano en recibir el Premio de Indianápolis por conservación animal- detalló que las principales problemáticas de los pingüinos en la actualidad son "el cambio climático, la contaminación, los efectos negativos de la pesquería y la degradación del hábitat".
"El calentamiento global impacta negativamente los hábitats de los pingüinos, tanto en términos de reproducción como de alimentación. Las alteraciones en la disponibilidad de alimentos son críticas, especialmente durante los periodos donde estos recursos son más necesarios", aseguró el fundador de la GPS.
Además, el cambio climático se relaciona con un aumento en la frecuencia, intensidad y duración de las olas de calor, las cuales provocaron mortalidades en las colonias de pingüinos.
"Por ejemplo, -señaló Borboroglu- en Chubut durante 2017 se registraron temperaturas de hasta 44 grados Celsius, resultando en la muerte de al menos 300 pingüinos sanos debido al estrés térmico".
En cuanto a la contaminación, los derrames de petróleo son una amenaza "considerable" para estas especies, ya que dañan su plumaje y reducen su capacidad de aislamiento y flotabilidad, además de que la ingestión de petróleo durante el aseo puede ser tóxica.
También la contaminación por plásticos es "preocupante", ya que "los pingüinos pueden quedar atrapados en piezas grandes o ingerir fragmentos pequeños, lo que puede dañar su tracto digestivo y ser fatal".
En tanto, el mal manejo de las pesquerías comerciales es una de las principales amenazas al medio marino a nivel global, ya que la competencia por alimentos en las áreas de alimentación de los pingüinos y la captura incidental durante las operaciones pesqueras representan "impactos significativos", señaló Borboroglu.
A su vez, las actividades humanas, como el turismo no regulado o furtivo, pueden ser perjudiciales para las colonias de pingüinos: "Se han reportado casos donde maquinaria pesada ha destruido parte de una colonia en Chubut", aseveró el especialista sobre el desastre en la colonia de Punta Clara, en Chubut, que en 2021 mató al menos 192 pichones bajo las ruedas de una topadora que pasó por encima de casi 150 nidos.
Sobre este punto, Frere sostuvo que un turismo "regulado y planificado" puede ser beneficioso para la concientización sobre estas especies, ya que "genera educación hacia el público y recursos que pueden ser utilizados para mantener las áreas protegidas", como las de Península Valdés, Isla Deseada, Parque Nacional Monte León y Punta Tombo, entre otros.
Esta última es la mayor colonia de pingüinos de Magallanes en Patagonia, con más de 200.000 parejas reproductoras.
A su vez, el impacto del cambio climático sobre las corrientes también está siendo estudiado por los científicos para evaluar potenciales cambios en su calendario y desplazamiento.
"Este año hemos visto en la colonia de Cabo Vírgenes (Santa Cruz) que una buena porción de los pingüinos no emigraron y se quedaron en la zona marina, a 300 metros a la redonda, cuando antes hacían 5.000 kilómetros", sostuvo Frere.
Finalmente, el biólogo concluyó que, para la conservación de esta especie, "si bien el ciudadano común puede poner un granito de arena, con respecto al cambio climático ya estamos hablando de negociaciones a nivel internacional y eso es lo que está faltando".
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Bahía Blanca sufrió el embate del clima extremo potenciado

 


El temporal fue un duro llamado de atención para un presidente que no cree en el cambio climático

Fecha de Publicación
: 19/12/2023
Fuente: TN
Provincia/Región: Buenos Aires


La tormenta dejó al descubierto que hace falta tener estructura estatal para prevenir y para reacción después de eventos climáticos adveros que serán más frecuentes con la profundización de la crisis.
“Todas esas políticas que culpan al ser humano del cambio climático son falsas y lo único que buscan es recaudar fondos para financiar vagos, socialistas que escriben papers de cuarta”, dijo Javier Milei en el segundo debate presidencial. Hoy, un evento climatológico lo puso frente a su primera crisis.
Que, pese a la abrumadora evidencia científica, el presidente de un país tan afectado por la crisis climática no crea que el cambio climático es producido por el hombre es grave. Pero que considere un gasto innecesario preparar una estructura estatal para contener sus efectos, daños económicos, materiales y víctimas fatales, es peor.
Y en un contexto que se hereda de una gestión que, por ejemplo, recortó sistemáticamente el presupuesto para cumplir la ley de bosques en la peor crisis de incendios que se vivió en el país entre 2020 y 2022. O que puso de ministro a un funcionario sin ninguna formación ambiental.
El temporal que pasó y arrasó parte de Buenos Aires, dejó 15 muertos, cientos de árboles y postes caídos, casas destruidas fue producto de un fenómeno meteorológico. Pero exacerbado por el cambio climático, por la suba de las temperaturas globales. Una situación cada vez más frecuente e intensa. Y que se repite en el mundo: pérdidas millonarias y miles de desplazados por inundaciones, incendios fuera de control, olas de calor.
De hecho, según datos del reporte Counting The Cost 2022: A year of climate breakdown (Contando el costo 2022: un año de colapso climático) los 10 eventos climáticos más intensos del año pasado costaron en daños inmediatos 3 mil millones de dólares.
Una parte significativa de la diplomacia global y de las políticas públicas que se discuten en el mundo pasa por cómo paliar los efectos de la crisis climática: sistema de prevención eficaces, estilos de construcción reforzados para sobrellevar los embates de las inundaciones o de las olas de calor, refuerzo de partidas presupuestarias. Se llaman mecanismos de adaptación. Son pocos los líderes a los que esta agenda les pasa por el costado. Y no son vistos con buenos ojos. Así se lo marcó el premier francés Emmanuel Macron a Milei.
Incluso, uno de los hitos de la COP28, la cumbre de cambio climático de las Naciones Unidas que terminó esta semana en Dubai, fue la puesta en marcha de un fondo de pérdidas y daños, justamente para compensar y asistir a los países que más sufren el castigo de los eventos climáticos extremos.
La tormenta dejó a Milei frente a su primera crisis, con un equipo de comunicación desarmado, con funcionarios que aún no organizaron su cartera. Por caso, en el Ministerio de Ambiente, degradado a subsecretaría, está paralizado. Su nueva titular, Ana María Vidal de Lamas fue la semana pasada por primera vez a las oficinas. Aún no designó directores. Hay áreas clave sin rumbo, por ejemplo, la del manejo del fuego o la que antes era la secretaría de Cambio Climático. El Servicio Meteorológico Nacional no sabe cuál será su destino, penden de un hilo cientos de contratos.
Seguridad, Defensa, Interior, Capital Humano son ministerios fundamentales. Pero también se necesita personal formado que entienda de los fenómenos, que pueda advertir y gestionar de manera eficiente. Salvar vidas y bienes materiales. Estado.

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Bahía Blanca, después del trágico temporal: 5 heridos en terapia intensiva, 250 evacuados y casi toda la ciudad sin luz

Fecha de Publicación
: 19/12/2023
Fuente: Clarin
Provincia/Región: Buenos Aires


Después del trágico temporal que en Bahía Blanca dejó 13 muertes, esta mañana fuentes provinciales confirmaron que todavía hay 15 personas internadas y cinco de ellas se encuentran en sala de terapia intensiva. En el informe brindado se detalló que la ciudad continúa sin servicio eléctrico y que hasta el momento hay 250 personas que fueron evacuadas. La mayoría de los centros asistenciales están colapsados y se decretaron 72 horas de duelo.
En tanto, se confirmó el fallecimiento de una persona en Coronel Rosales, al caer en un pozo de una obra de agua en la vía pública.
"La situación es de gravedad. Durante la mañana, en Bahía Blanca había unas 250 personas evacuadas distribuidas en cinco centros, tres de ellos en la ciudad y el resto en Ingeniero White. La pérdida de vidas es irreparable y se hace hincapié en los sucedido en Bahía Blanca pero la dureza de la tormenta se ha dado en varias partes de la Provincia. Fue muy severa", confirmó Fabián García, director de Defensa civil de la Provincia.
En diálogo con el canal TN, García le pidió a los bahienses precaución y paciencia, ya que "va a tardar en restablecerse el servicio eléctrico debido a la gran caída de árboles y de varias roturas de poste de luz y cableados".
"Por lo que me informaron, el corte es casi total en toda la ciudad. Estamos junto al ministro de Seguridad de la Provincia, Alonso, trabajando desde la madrugada. De un momento a otro también llegará el gobernador, Axel Kicillof - confirmó García-. Estamos tratando de organizar a los damnificados ya que es mucha gente la que tuvo que ser trasladada a los distintos centros de evacuación", explicó.
Y agregó: "Alertamos a toda la gente de la Provincia que todavía existe mucho riesgo por la gran cantidad e material roto o caído. Arboles, postes, mampostería y muchos cables de alta tensión. Tengan precaución, por favor", pidió.
El temporal en Bahía Blanca dejó al menos 13 muertos por el colapso del techo del club Bahiense del Norte, que se derrumbó mientras se realizaba un torneo de patín.
Según información oficial, ocho de esas víctimas fueron identificadas, entre las cuales hay un niño cuya edad no se precisó.

Bahía Blanca, de duelo
El Intendente de Bahía Blanca, Federico Susbielles, decretó "duelo en la ciudad por las próximas 72 horas", al brindar esta mañana una conferencia de prensa donde se solidarizo con los familiares y seres queridos de las 13 personas fallecidas y pidió a la población que "no salgan de sus viviendas" porque continúa la "situación de emergencia". "En primer lugar, quiero reafirmar nuestra solidaridad con los familiares y seres queridos de las 13 personas fallecidas" manifestó el jefe comunal.
Asimismo, brindo detalles las acciones que se realizan en el marco de la emergencia que afecta la ciudad donde indicó que durante la jornada de ayer "recibimos 430 llamadas de gravedad" y "un pico de 350 personas alojadas en cinco centros de evacuación".
De igual manera, a través de sus redes sociales informó que durante el temporal se reportaron 132 postes derribados, más de 100 voladuras de techo y más de 1.000 árboles caídos.
Al respecto, informó que "durante la noche más de 250 servidores públicos estuvieron dando respuesta a nuestra comunidad" y destacó la tarea de Defensa Civil, Agentes Tránsito, trabajadores municipales, Cooperativas y a la Policía Bonaerense.
"Es importante recordarle a la ciudadanía que necesitamos que se mantenga a resguardo en sus hogares, no salgan de sus viviendas" manifestó el Jefe Comunal, al tiempo que remarcó que "todavía estamos en situación de emergencia, con riesgo eléctrico y riesgo de caída de árboles y estructuras".

Otras ciudades castigadas por el temporal
En tanto, el director de Defensa civil de la Provincia también consignó que otras ciudades de la Provincia también tuvieron muchísimas complicaciones.
"Otra ciudad muy castigada fue Tres Arroyos y también Olavarría. Allí, los equipos de policía, de Defensa Civil y de bomberos de la Provincia estaban en el lugar por la gran cantidad de destrozos causados por el temporal. Para Olavarría es la segunda tormenta en esta semana que golpeó duro a la ciudad. Hay varias zonas complicadas", se lamentó.
Y agregó: "Otra ciudad muy complicada es Tandil, que también se vio afectada, con mucha voladura de techos, y varias zonas sin luz.

Más Información:

- Clarín. Los 3 pasos que explican cómo el cambio climático impacta en tormentas más violentas
Ráfagas de viento que viajaban a la velocidad máxima permitida en ruta, pelotas de granizo del tamaño de un mango y las lluvias de casi un mes como un baldazo de un par de horas, son algunos de los imborrables de las tormentas severas que este fin de semana dejaron 14 muertes, destrozos edilicios gravísimos, miles de usuarios sin luz, calles anegadas y docenas de árboles caídos. ¿Cuál es la relación de este dramático temporal con el cambio climático?
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